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Interés General
Por la creciente y por la desidia municipal cayó parte del paredón de la costanera. El daño es prácticamente irreparable
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Sábado, 19 de julio de 2014

Paso de los Libres (19-7-14): Finalmente ocurrió lo que desde hace años se anuncia, cayó parte del paredón de la costanera, el hecho no se debió solamente a la crecida del río Uruguay, sino a la falta de obras de mantenimiento desde hace más de 6 años. Desde SUR CORRENTINO advertimos en innumerables oportunidades el riesgo que se corría, y hoy el daño es irreparable, sin que todavía se tome real dimensión del mismo, hasta que las aguas no bajen a sus niveles normales y permitan evaluarlos. Durante años el Intendente Vischi se negó a efectuar arreglo alguno al paredón a pesar de las advertencias, al actual intendente también se le anticipó la situación, aunque en su cargo anterior de concejal lo sabía perfectamente, prometió arreglos que nunca se concretaron y hoy vemos las tristes consecuencias.
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La costanera libreña, que en realidad es el puerto de Paso de los Libres que lo convirtieron en un paseo, tiene el paredón construido en piedra, idéntico al de la costanera de Corrientes, las continuas crecidas y la falta de mantenimiento determinaron que las piedras fueran cayendo y se formaran grandes boquetes en la pared, por donde entraba el agua que generaba a su vez que se deteriorara más aún el paredón, llegando en este verano a que se socabara por debajo de las veredas, que ahora colapsaron, y en lugar de arreglarse, la municipalidad solo atinó a colocar una malla para impedir que la gente camine por dichos lugares, un verdadero monumento a la desidia e incapacidad.

Cuando el río crece el agua penetra por los boquetes enormes del murallón y cuando se retira lo hace llevando la tierra y todo material , lo que hizo que la veredas quedaran en el aire y luego se hundieran, en este punto lo más probable es que hasta el mismo pavimento de la calle debe estar vacío debajo y puede provocar que también las calles colapsen.

Durante toda la gestión Vischi, el actual Ministro Coordinador, se negó sistemáticamente a efectuar los arreglos y mantenimiento del paredón, aunque hermoseó todo lo que hace al paseo, es decir se preocupó por lo que se ve y no por las bases, cuando ingresó el actual alcalde, Raúl Tarabini, también se le planteó, desde estas páginas y de otros medios, la urgencia de efectuar arreglos ante que colapse la costanera, solamente frases de conveniencia y promesas de futuros arreglos “cuando baje el río”, cabe destacar que de enero a esta parte el Uruguay estuvo más de cuatro meses prácticamente en caja, permitiendo que se pudieran efectuar arreglos, nada se hizo, la desidia y la incapacidad se volvieron a poner de manifiesto.

Las fotos sacadas en el día de la fecha grafican cabalmente lo que a todas vistas iba a suceder, con el agravante de que todavía el río se encuentra por encima de sus niveles normales, cuando baje recién se podrá apreciar la magnitud del daño causado, no por la creciente, sino básicamente por la incapacidad de funcionarios que se preocupan evidentemente por otras cuestiones y no las que les corresponde.

Hoy todavía era imposible transitar por el lugar, mucho barro, un verdadero chiquero, ramas de árboles que arrastró la corriente, farolas quebradas, un bar y un quiosco prácticamente destrozados, el arreglo demandará una inversión millonaria y la vamos a pagar, si es que se arregla, todos los libreños, a pesar de que con muchísimo menos de lo que hoy va a costar se podría haber evitado si desde el ejecutivo alguna vez dejaran de lado la soberbia de pretender ser los únicos que tienen la razón. Nunca obreros municipales levantaron una sola piedra de las que se caían, nunca repararon el paredón, hubo por cierto un intento de, en lugar de las piedras que le daban un aspecto imponente, colocar placas de cemento, pero no paso de eso, solo un intento, se comenzó y nunca se hizo prácticamente nada.

Seguramente, y como es habitual, saldrán a tratar de justificar los daños por lo extraordinario de la creciente, pero un hecho es contundente, la costanera correntina, similar a la libreña en lo que hace a la estructura del paredón, sufrió crecidas extraordinarias y no se encuentra en el estado de la nuestra, por la sola y única razón de que hubo mantenimiento y reparación de las roturas, no con en Libres que se dejó que se desmoronara en diversos lugares y Vischi y Tarabini pretendieron hacer como si no pasara nada. Hoy pasó y los daños ya son irreparables, la única esperanza de los libreños de volver a ver la costanera como fue en algún momento serán las fotografías de no más de una década atrás, justamente el tiempo de la gestión radical en esta ciudad.

Esta es la verdadera cara de la inoperancia, ahora debemos esperar que esto no sea el reflejo de lo que va a suceder con la vuelta al hogar de las últimas familias evacuadas.
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