Corrientes (25-3-17): A meses de elegir nuevo gobernador en Corrientes, todavía falta mucha agua por correr bajo el puente, y el Gobierno lo sabe. Fiel a su estilo, Ricardo Colombi juega al enigmático y deja entrever que tiene una carta bajo la manga, con la cual ganar las elecciones. En este caso sería la judicialización de las candidaturas de dos intendentes claves del PJ, Lalo Domínguez y Gerardo Bassi de Curuzú Cuatiá y Goya, respectivamente.

Es que se trata de dos jefes comunales, que si bien solo llevan un periodo en el cargo, antes fueron vice-intendentes, o sea integraron la fórmula del Ejecutivo. Esto, sostienen los oficialistas, significa que no pueden ser reelectos porque eso infringiría la Constitución Provincial.

En parte, tiene razón. La carta magna con la reforma de 2007 hace una referencia directa a la figura del vice intendente. Dice: “de igual forma se elige en formula un viceintendente. Ambos duran cuatro años en su cargo, pudiendo ser reelectos por un solo mandato consecutivo…”. De esto se agarrará Colombi y el Gobierno Provincial para llevar ambos casos a la Justicia.

Ese rumor corrió esta semana en ambas ciudades y coincide con una nueva recorrida que le gobernador hará la semana que viene por el sur provincial. Si se quiere, se puede decir que Colombi pretende “pagar con la misma moneda” a quienes hicieron caer en 2013, las candidaturas de Eduardo Vischi en Libres e Ignacio Osella en Goya, entre otros.

Pues la supuesta jugada ya surtió efecto y puso en alerta al PJ. Desde Curuzú, el ex intendente y actual diputado nacional Carlos Rubín salió con los tapones de punta. Aseveró que “no hay texto expreso que impida la alternancia mencionada”, y que incluso las cartas orgánicas municipales ratifican lo dicho. Lo mismo opinan en Goya, aunque allí el entorno de Bassi es mucho más cauteloso ya que el intendente tiene un reciente procesamiento, por mal cumplimiento en sus funciones. Vaya dicho sea de paso, un fallo a la medida de lo que busca Colombi en los otros distritos.

La carta de Ricardo apunta justamente a eso, a desgastar a los intendentes, hostigarlos a tal punto de que se instale en la ciudadanía que, están incumpliendo la ley. Lo mismo se intentó en Corrientes, al tratar de trabar la BUE. También en Mercedes donde, logró que la Justicia procese a Cemborain por una pelea con el exintendente Molina. Y en Santa Lucía, donde la Policía detuvo al secretario de finanzas del Municipio por un robo del que fue víctima.

En otras palabras, el gobernador busca “embarrar la cancha” en territorios en los que los números no le son del todo favorables y donde perdería la elección. Y la supuesta jugada no es más que un maquillaje. ¿Viveza criolla o desesperación política?.

Sábado, 25 de marzo de 2017