Cada 20 de junio, desde hace 48 años, se celebra el Día Internacional del Amigo, justamente el día en que el hombre pisó por primera vez la luna y en todo el mundo se produjo una mancomunión entre las personas en donde solo importaba ese acontecimiento, sin guerras, sin odios, con esperanza. Quien tuvo la feliz idea fue el dentista argentino Enrique Febbraro que envió cientos de cartas a distintas personas del mundo obteniendo una respuesta inusitada a la propuesta y a partir de ahí más de 100 países festejan el Día del Amigo. Es una fecha, además de festejo, de reflexión de sobre que es la amistad, quienes son los amigos y es cada 20 de julio en que hacemos un culto a la amistad, es cuando recordamos a nuestros verdaderos amigos aquellos que siempre están, aquellos que nosotros elegimos para que sean nuestros hermanos y a pesar de que puedan existir distancias son quienes acudirán para festejar nuestras alegrías o llorar nuestras tristezas. Es bueno tener compañeros, personas por las cuales uno siente un aprecio especial, pero mucho más bueno es tener uno, dos o tres verdaderos amigos/as, dado que la amistad es asexuada y tampoco tiene edad.

En esta fecha se festeja junto a compañeros, amigos con mateadas, comidas, salidas esa comunión de cercanía entre personas con similares intereses muchas veces, pero por lo general con esos “amigos/hermanos” el festejo, tal vez en soledad, son los 365 días del año. Es bueno tener amigos, siempre son pocos cierto, solo Roberto Carlos tenía un millón de amigos o en las redes sociales uno tiene miles, pero esa verdadera amistad esa en la cual no hacen falta mensajes porque siempre se estuvo desde el principio y se estará en el final es la que verdaderamente es festejable.

Si bien la idea es destacable porque marca un momento en que en todo el mundo las personas estaban pendientes de un solo hecho dejando de lado odios, peleas, desavenencias al menos por unos minutos, muchos pensamos que el Día del Amigos son todos, al igual que el Día de la Madre o del Padre, no hay un día en particular.

De cualquier forma siempre es bueno saludarnos, juntarnos, vernos o recordarnos.

Felicidades a mis compañeros, conocidos, y para mis amigos, pocos por cierto, un fuerte abrazo fraternal.

Carlos “Tata” Pérego


Miércoles, 19 de julio de 2017