En un día como hoy pero del año 1955, un jueves al mediodía, había mucha gente concentrada en la Plaza de Mayo de Buenos Aires porque habría un desagravio a la bandera, que consistiría en un vuelo de aviones para derramar flores sobre la Catedral. Pero cayeron bombas. La peor masacre masiva contra el pueblo argentino, sin discriminación niños, ancianos, mujeres, hombres fueron victimas de, curiosamente, el bautismo de fuego de la aviación militar, y lo hizo justamente contra su pueblo. Fue el inicio de la escalda de violencia política en nuestro país, sus protagonistas fueron los mismos que protagonizaron el golpe militar más violento y asesina de nuestra historia, el de 1976. Para no olvidar.
Ese día una parte de las fuerzas armadas sublevadas, utilizaron armas destinadas a la defensa del pueblo y de la Nación contra el pueblo mismo. Como siempre, la víctima fue el pueblo y el agresor la oligarquía.
El objetivo del bombardeo fue matar a Perón y derrocar su gobierno, instalar el temor y disciplinar al pueblo, pero lo real es que ese día se derramó sangre de inocentes. Los antiperonistas mataron, herido o mutilado a más de 2 mil personas.
Fue la más grande masacre de la historia argentina y no hay duda que se trató de un crimen de lesa humanidad, ya que se lanzó un ataque generalizado y sistemático contra una población civil con total intencionalidad.
El infame bombardeo a Plaza de Mayo, masacrando al pueblo, fue la antesala del terrorismo de Estado en Argentina, inauguró la violencia contra el Pueblo, para sembrar el terror, a través de la matanza indiscriminada de inocentes, permitiendo la entrega del patrimonio nacional y el avasallamiento de los derechos sociales.
Escribe: Blas García
Domingo, 16 de junio de 2013