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Interés General
El Papa y Al Maliki condenan la violencia y defienden el diálogo interreligioso.
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Viernes, 25 de julio de 2008

El papa Benedicto XVI y el primer ministro iraquí condenaron hoy con firmeza la violencia que golpea a Iraq y defendieron el diálogo interreligioso para llegar a la paz, en su primera reunión.

Benedicto XVI, que en numerosas ocasiones ha clamado por la pacificación de Iraq, había cancelado todas sus actividades esta semana para poder descansar del reciente viaje a Australia, pero ha hecho una excepción con Al Maliki dada la importancia y las repercusiones internacionales del conflicto iraquí.
En el encuentro se examinaron "algunos aspectos fundamentales de la situación iraquí y se tomó en consideración también su contexto regional", según informó en una nota la oficina de prensa del Vaticano.
Una reunión, añade el comunicado, en la que ambos expresaron su deseo que de Iraq pueda "encontrar el camino de la paz y del desarrollo a través del diálogo y la colaboración de todos los grupos étnicos y religiosos, incluidas la minorías étnicas" que conviven en este país.
Además se hizo un llamamiento para que estos grupos, "con respeto a sus propias identidades, y con el espíritu de reconciliación y de búsqueda del bien, provean juntos a la reconstrucción moral y civil del país", y se destacó "la importancia del diálogo interreligioso como vía para la comprensión religiosa y la convivencia civil".
El coloquio sirvió además para que Benedicto XVI y Al-Maliki renovasen su condena "a la violencia que casi todos los días golpea las diferentes partes del país".
El Papa expresó a Al Maliki su preocupación por los cristianos de Iraq, que son cerca de 600.000, y que "sienten -según el Vaticano- la necesidad de una mayor seguridad".
Según explicó a los medios italianos el embajador iraquí ante la Santa Sede, Albert Eduard Ismail Yelda, el primer ministro iraquí aseguró al Papa que pondrá todo su empeño para ayudar y proteger a las comunidades cristianas.
En el encuentro se prestó además particular atención a los refugiados iraquíes, que necesitan asistencia, sobre todo en espera de su vuelta al país.
El embajador añadió que el Gobierno iraquí está trabajando para "facilitar la vuelta de los cristianos que huyeron del país debido a la violencia y a las persecuciones, para evitar nuevos éxodos, y que les sean restituidas sus propiedades".
El primer ministro también invitó a Benedicto XVI a visitar el país, aunque como el embajador había adelantado se es consciente de que una posible visita del Pontífice no se producirá hasta que "no se mejoren las condiciones de seguridad".
Al Maliki, que llegó ayer a Roma para una visita oficial a Italia, fue recibido por Benedicto XVI en la residencia pontifica de Castelgandolfo (a unos 30 kilómetros de Roma), donde en estos días pasa sus vacaciones.
El mandatario iraquí llegó acompañado por un séquito formado por siete personas y antes de la audiencia de Benedicto XVI también mantuvo una larga reunión de cerca de 45 minutos con el secretario de Estado, cardenal Tarciso Bertone, y el "ministro de Exteriores" del Vaticano, Dominique Mamberti.
En el tradicional intercambio de regalos, el político chií regaló al Papa una palmera de plata, considerada un símbolo de paz, mientras que Benedicto XVI correspondió con una pluma conmemorativa de los 500 años de la construcción de la Basílica de San Pedro.
Al Maliki había aprovechado ayer su estancia en Roma para visitar, fuera de la agenda oficial, la tumba de Juan Pablo II, en las grutas de la Basílica de San Pedro, y los Museos vaticanos.


Viernes, 25 de julio de 2008

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