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Interés General
Una multitud de más de 200 mil personas cantó en la fiesta de los Derechos Humanos y la democracia
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Lunes, 13 de diciembre de 2010

Músicos y artistas desfilaron desde el mediodía hasta la madrugada por el escenario montado delante de la Casa de Gobierno. León Gieco, Gustavo Santaolalla y Calle 13 despertaron las mayores ovaciones. Cerraba Charly García. Más de 200 mil personas pasaron ayer por la Plaza de Mayo para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos, que coincide en la Argentina con la celebración del Día de la Restauración de la Democracia


Más de 200 mil personas pasaron ayer por la Plaza de Mayo para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos, que coincide en la Argentina con la celebración del Día de la Restauración de la Democracia, en una jornada que evocó los multitudinarios días del Bicentenario por el fervor popular con que el público se volcó a festejar, esta vez frente a un enorme escenario montado delante del sector de acceso a la Casa Rosada, de cara a una Plaza de Mayo que se mostró repleta.

La gente comenzó a llegar después del mediodía, para participar en el festival que en un primer momento iba a realizarse el viernes pasado pero fue suspendido por lluvia. Al cierre de esta edición, todavía faltaba el plato fuerte de la velada, con la música de Charly García.

Ante la fachada de la Casa de Gobierno, sobre la que se proyectaron imágenes con la técnica del mapping, similar a la utilizada en las celebraciones de mayo, desfilaron, entre otros, Los Olimareños –que abrieron el show entonando un clásico de su repertorio: “Milonga del fusilado”–, León Gieco, Teresa Parodi, Gustavo Santaolalla y la agrupación Bajo Fondo, Víctor Heredia, Jaime Torres y murgas porteñas que celebraron la recuperación de los feriados de Carnaval.

La fecha coincidió también con el tercer aniversario de la gestión de la presidenta Cristina Fernández, y por eso, promediando la tarde, se presentó en escena el colectivo artístico “Músicos con Cristina”, integrado por Fena Della Maggiora, Mavi Díaz, los Súper Ratones, Federico Gil Solá, Leo García y otros.

Entre uno y otro artista, actores e intelectuales subieron al escenario y leyeron poemas escritos por militantes desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. Leonardo Sbaraglia leyó fragmentos de la Carta Abierta a la Junta Militar, de Rodolfo Walsh. En un palco ubicado a pocos metros de allí, estaban los representantes de los organismos defensores de los Derechos Humanos, entre ellos la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

El espectáculo fue organizado por la Unidad Bicentenario, dependiente de la Presidencia de la Nación, y para facilitar la asistencia de público la Secretaría de Transporte dispuso que hasta la medianoche no se cobrara pasaje a los usuarios de trenes y subtes en el Área Metropolitana.

Cuando ya había caído la noche, y con la plaza repleta, aparecieron las mayores ovaciones. Cerca de las 21, León Gieco y Gustavo Santaolalla, viejos conocidos desde la llegada del primero a la Capital Federal, interpretaron juntos la canción de Gieco “Pensar en nada”, para luego versionar aquel hit de los ’70 que fue “Mañanas Campestres”, de la autoría de Santaolalla, quien al subir al escenario dijo: “Estos días estuve pensando en los Derechos Humanos y llegué a la conclusión de que no se consiguen con violencia ni con xenofobia. Están cimentados en una sociedad más justa, que se ocupe de dar vivienda, salud, educación, trabajo. La seguridad viene de la mano de eso.”

Cerca de la medianoche, subió a escena la banda portorriqueña Calle 13. Su cantante, René Pérez, “Residente”, apareció con el torso desnudo, y en la espalda la siguiente leyenda escrita con fibra: “Justicia para Mariano Ferreyra, tobas y Villa Soldati”. Y enseguida desató la locura del público con el frenético ritmo de su música, mientras Charly aguardaba su turno.

“Esta fiesta tiene un profundo sentido histórico. Es un acto de reafirmación de los principios y las políticas que ha expresado el gobierno nacional”, dijo a este diario el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. También asistió al festival la viuda de Héctor Oesterheld, el creador de El Eternauta. Elsa sostuvo: “Siento un renacimiento. Cuesta, no es fácil creer que el país haya cambiado tanto. Antes no sabíamos dónde estábamos parados como país, pero hay un espíritu que se renovó. Y ahora vale la pena unirnos sin la ingenuidad de creer que todo es maravilloso. Yo me sentía muerta. Y hoy volví a vivir.”

A pocos pasos de Elsa, Estela de Carlotto confió a Tiempo Argentino: “Esta es una fiesta de la democracia y la memoria que les sirve a todos los argentinos, los que están en la Plaza, los que están mirando por televisión, y esta es la manera de celebrarlo, con alegría, como lo hubiesen celebrado nuestros hijos. Me gustaría agradecerles a los músicos por su tiempo y su arte para hacernos un mimo a las viejas que estamos hace 33 años en este camino tan duro.”

Concurrencia

200 mil personas por lo menos era, pasadas las 21, el cálculo que hacían las autoridades de la Unidad Bicentenario acerca de la concurrencia al acto de ayer por el Día Internacional de los Derechos Humanos.


Lunes, 13 de diciembre de 2010

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