El 18 de septiembre arrancará el debate, en Corrientes, por la causa Acosta, por Héctor "Pata" Acosta, un estudiante secundario de 17 años secuestrado en 1976 y al parecer asesinado de un tiro, aunque nunca se encontró su cuerpo. Los acusados son el general Ramón Genaro Díaz Bessone y el coronel Raúl Ángel Portillo, jefe del Destacamento 123 de Inteligencia con asiento en Paso de los Libres.
El cuarto juicio por desaparición de personas durante la última dictadura militar a realizarse en la provincia se iniciará en su capital el martes 18 de septiembre y estará a cargo del Tribunal Oral Federal Nº 5. Los acusados son Portillo y Bessone, imputados por el secuestro y desaparición del estudiante libreño Héctor Eduardo Pata Acosta, presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal de Paso de los Libres, hecho ocurrido el 22 de marzo de 1976. Está por verse si Díaz Bessone participará del proceso ya que alega problemas de salud.
Este será el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad en Corrientes. Los tres anteriores concluyeron con resonantes condenas. El primero fue la causa Regimiento Nº 9, en 2008 y al término del proceso Julio Barreiro fue condenado a prisión perpetua,Juan Carlos De Marchi y Horacio Losito, a 25 años, y Raúl Reynoso a 18 años, mientras que Carlos Píriz resultó absuelto. Al año siguiente, Tribunal Oral Federal de Corrientes condenó en la "Causa Ayala" al ex policía Diego Ulibarrie a 25 años de prisión.
En 2011 y en el marco de la "Causa Panetta", los expolicías Juan Antonio Obregón y Romualdo del Rosario Baigorria, así como tres militares retirados: Juan Ramón Alcoberro, Alberto Silveira Escamendi y Leopoldo Cao, y un miembro de la Prefectura Naval también retirado, Luis Leónidas Lemos, fueron condenados a 25 años de cárcel por la desaparición de varias personas en Goya.
Héctor Acosta era estudiante secundario de la Escuela Normal, presidente del Centro de Estudiantes en Paso de los Libres, militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y aspitrante a montonero. El 22 de mayo de 1976 por la noche, personal civil y militar del Destacamento de Inteligencia 123 allanó su casa y se lo llevó al Escuadrón 7 de Gendarmería, donde sufrió torturas.
Según versiones, lo mataron de un disparo, al parecer cuando, en medio de una sesión de tortura, intentó hacerse con el arma de uno de sus verdugos. Hasta el momento se desconoce el paradero de su cuerpo, que engrosa la nómina de desaparecidos.
Martes, 15 de mayo de 2012