Sorprendentemente el Tribunal de Cuentas de la Provincia aprobó la Cuenta de Inversión 2011 que adolece de fuertes diferencias entre lo que se dice invertido en obras y la realidad visible. Escuelas que figuran refaccionadas pero que nunca fueron visitadas aunque sea por obreros, como es el caso de la Escuela 66 de Goya, son solo un ejemplo de que no se investigó concienzudamente por parte de ese organismo de contralor, el verdadero destino de lo que los papeles dicen haberse gastado. Así y todo, el Tribunal dijo que todo estaba bien. ¿A quién creerle, a las fotos o al Tribunal?
El Tribunal de Cuentas de la Provincia aprobó días atrás la Ejecución 2011 elevada por el Poder Ejecutivo, a través de la Acordada N° 238/2012. El organismo de control externo de la hacienda pública provincial aprobó el informe de la auditoría según el cual se evaluó que la Cuenta de Inversión o Cuenta General del Ejercicio para la administración central, expone en sus aspectos significativos, la ejecución presupuestaria realizada entre el 1 de Enero de 2011 y el 31 de Diciembre mismo año.
Pero lo que no dice el informe es si las obras se concretaron efectivamente, y si el gasto fue bien hecho. El dictamen adolece así de credibilidad. Varias denuncias llegaron a los medios de comunicación por parte de ciudadanos que dijeron desconocer que las obras que figuran, en especial en establecimientos educativos, efectivamente se cumplieron.
El área más cuestionada es el de Educación, donde se gastaron más de 72 millones, aunque el gobierno dijo que eran 90 millones en la profusa publicidad paga.
Pero en la Escuela Cabecera Nº 66 de Goya las obras nunca existieron a pesar de figurar en el listado con más de 260 mil pesos invertidos.
Miércoles, 6 de junio de 2012