Paso de los Libres (11-7-25): La Nación realiza arreglos superficiales en el viaducto que une Paso de los Libres con Brasil. Los transportistas reclaman: "nunca estuvo tan mal como ahora". Vialidad Nacional solamente rellena los inmensos baches que hay en el puente, una solución que dura hasta un par de lluvias fuertes y se vuelven a desgranar los arreglos, la desinversión del estado nacional es algo verdaderamente nunca visto, algo que solamente a un desquiciado se le puede ocurrir al abandonar la principal puerta del comercio exterior, en igual situación de abandono se encuentra toda la autovía 14.
En Paso de los Libres, sobre el río Uruguay, se levanta una postal que, en lugar de unir, hoy divide: el puente internacional "Agustín P. Justo - Getulio Vargas", que tiene más de 70 años y que conecta a la Argentina con Brasil y está al borde del colapso estructural y operativo. Mientras tanto, el gobierno nacional apenas ejecuta trabajos paliativos y sigue sin responder con un plan de infraestructura a la altura de su importancia geopolítica.
TRANSPORTISTAS DE CARGAS DENUNCIAN QUE LA OBRA QUE SE DESARROLLA EN LA CALZADA DEL PUENTE INTERNACIONAL ENTRE PASO DE LOS LIBRES Y URUGUAYANA ES UN SIMPLE RECAPADO ASFÁLTICO, QUE NO DURARÁ MÁS DE UN PAR DE MESES POR EL PERMANENTE CRUCE DIARIO DE 1.000 CAMIONES DE 40 TONELADAS.
"No se puede hablar de integración regional con un puente en ruinas", expresó con contundencia Delia Flores, referente nacional en logística y presidenta de la Cámara Libreña de Transportistas, en declaraciones a Radionord. Su diagnóstico fue demoledor: "El puente nunca estuvo tan mal como ahora. Es una vergüenza nacional".
La situación se agrava por la modalidad de las obras: un recapado asfáltico superficial en la cabecera argentina, a cargo de una Vialidad Nacional que fue desmantelada y vaciada. Según Flores, con el tránsito diario de más de 1.000 camiones de 40 toneladas, ese parche no durará más de unos meses. "Es como maquillar una fractura expuesta", resumió.
La empresaria denunció además que ya cayeron al menos tres licitaciones nacionales para reparar el tramo completo. "Dicen que no es negocio arreglar 900 metros de puente. ¿Desde cuándo el Estado mide en términos de rentabilidad su deber más básico, que es garantizar infraestructura?".
El deterioro del puente no es un hecho aislado, sino el síntoma de una lógica que se expande: la desinversión sistemática en rutas, puentes y organismos de control. Flores mencionó también el estado calamitoso de la Ruta Nacional 14, donde hay tramos intransitables y puentes cerrados, como el de Mocoretá. "Hemos pedido que se deje de cobrar el peaje, porque no hay contraprestación de ningún tipo".
RESPONSABILIDADES
En ese contexto, el Gobierno de Corrientes solicitó permiso para que la Provincia intervenga con sus propios fondos en las obras del puente, ya que Vialidad se limitará al fresado. El nuevo asfaltado lo asumiría la Provincia. "Eso sería fantástico, pero no puede ser una solución estructural. El Estado Nacional no puede retirarse de su responsabilidad", afirmó Flores.
La empresaria también alertó sobre el cierre o vaciamiento de organismos fundamentales como la Agencia Nacional de Seguridad Vial y la CNRT. "Está muy bien eliminar la corrupción, pero no se puede usar ese argumento para justificar el abandono del Estado. Si hay irregularidades, que se investigue. Pero lo que se necesita es inversión, control y planificación".
Desde el sector transportista aseguran que la precariedad vial impacta en todos los frentes: aumenta el costo logístico, reduce la vida útil de los vehículos, incrementa los accidentes y atenta contra la competitividad del país en el comercio internacional.
"El puente es una de las principales puertas del Mercosur. No puede estar en este estado. No hay forma de desarrollar el país sin rutas y puentes en condiciones. Sin infraestructura, no hay producción ni inversiones ni empleo", subrayó Flores.
La falta de respuestas concretas por parte del gobierno nacional revela una preocupante tendencia: desmantelar el rol estatal, privatizar la decisión sobre qué se arregla o no según criterios de rentabilidad, y dejar que las provincias o los privados carguen con responsabilidades que son federales.
A esta altura, los transportistas, productores y ciudadanos que usan ese paso internacional a diario ya no piden promesas ni anuncios: reclaman acciones concretas. Porque un país no se construye sólo con recortes y slogans: necesita puentes que conecten, no grietas que aíslen.
Viernes, 11 de julio de 2025