Yacyretá (25-7-25): A 19 meses de la suspensión de las obras de ampliación de la represa, diputados de Paraguay piden que se retomen los trabajos. La Central Hidroeléctrica del Brazo Aña Cuá, una obra binacional entre Argentina y Paraguay que prometía aumentar en un 10% la capacidad de generación energética de Yacyretá, lleva más de año y medio paralizada. Suspendida en diciembre de 2023 por decisión del gobierno argentino, la obra no tiene hasta hoy una fecha clara de reactivación. En contraste, Paraguay viene sosteniendo una intensa agenda política y parlamentaria para exigir su continuidad, mientras del lado argentino predomina el silencio.
HASTA DICIEMBRE DE 2023, LAS OBRAS DEL BRAZO AÑA CUÁ PRESENTABAN UN AVANCE DEL 40% Y UNA INVERSIÓN SUPERIOR A LOS 200 MILLONES DE DÓLARES. LEGISLADORES PARAGUAYOS APURAN LAS GESTIONES PARA QUE SE RETOMEN LOS TRABAJOS. (FOTO DE ARCHIVO).
La última movida se conoció la semana pasada, cuando la Cámara de Diputados de Paraguay aprobó una resolución que insta al Poder Ejecutivo, a la Cancillería y a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) a reactivar las obras. La iniciativa, impulsada por el diputado Arnaldo Valdez, recuerda que el cese de actividades representa un retroceso económico, energético y social, y advierte sobre el deterioro de las estructuras ya construidas, que podrían perderse si la paralización se prolonga.
Según los legisladores paraguayos, ya existe un nuevo acuerdo binacional que garantiza fondos y define una tarifa energética viable (28 dólares por MW/h). Además, subrayan que la central permitiría ingresos anuales por 80 millones de dólares, el aprovechamiento del caudal ecológico desaprovechado, y trabajo directo e indirecto para más de mil familias.
Del otro lado del río, en Ituzaingó (Corrientes), el impacto de la paralización también se hace sentir. Entre 250 y 450 obreros (la cifra nunca se especificó) se quedaron sin trabajo en diciembre de 2023, y la economía local, fuertemente dependiente de este proyecto, entró en un cono de incertidumbre. Sin embargo, a diferencia del activismo político paraguayo, en Argentina no hay ni presión, ni reclamos oficiales, ni representación que se haga oír -al menos públicamente-, ni siquiera desde Corrientes, que cuenta con un miembro en el Comité Ejecutivo de la EBY.
El argumento del supuesto "ahorro" durante el proceso licitatorio -cuando se adjudicó a un consorcio por un monto 400 millones de dólares menor al previsto- terminó, como alertó el abogado del sindicato de trabajadores de Aña Cuá, Vidal Cáceres, generando un agujero que hoy podría explicar parte de la parálisis. "Lo que entonces presentaron como eficiencia hoy se traduce en una obra estancada y en riesgo de disolución", sostuvo.
La falta de explicaciones oficiales, la ausencia de un cronograma de trabajo actualizado, y la desinformación desde la EBY Argentina agravan el cuadro. A esto se suma la opacidad con la que se manejan las negociaciones y los contratos del lado argentino.
IMPULSO PARAGUAYO
Paraguay, por su parte, sigue insistiendo con señales claras. En rees con el Congreso, sus funcionarios adelantaron que, de alcanzarse los acuerdos técnicos y contractuales pendientes, en enero de 2026 podría ponerse en funcionamiento la primera turbina. El ingeniero Carlos Yorg, del lado paraguayo de la represa, sostuvo que aún falta limpiar, reacondicionar y renegociar contratos, pero ya trabajan en un plan de transición para reiniciar obras en enero de 2026.
Mientras tanto, en la Argentina el silencio del gobierno de Javier Milei sobre Aña Cuá contrasta con la retórica del ajuste y la eficiencia: esta paralización no ahorra recursos, los malgasta. Los millones ya invertidos se deterioran día a día, los trabajadores permanecen desocupados y las comunidades afectadas esperan respuestas que no llegan.s
El 7 de julio de 1998 entró en funcionamiento la turbina N.º 20 de la Central Hidroeléctrica Yacyretá. Con ese hito se completaba el equipamiento de generación previsto inicialmente para la represa binacional, que comenzó a operar en 1994 con la instalación de su primera turbina. Dos meses después, en septiembre de ese mismo año, se declararon finalizadas las obras principales de construcción. Así, Paraguay y Argentina materializaron los objetivos centrales del Tratado de Yacyretá: la generación conjunta de energía y el mejoramiento de las condiciones de navegabilidad del río Paraná.
Viernes, 25 de julio de 2025