Bs. As. (14-9-25): El derrumbe electoral en la provincia de Buenos Aires abrió un proceso acelerado de descomposición en el oficialismo: sin votos, sin dólares y acosado por escándalos de corrupción, Javier Milei enfrenta disputas internas que paralizan su gobierno y ponen en duda su capacidad de sostener la autoridad política en el corto plazo.
Por Nicolás Lantos
Milei se hunde en la intrascendencia y todo explota a su alrededor
El problema no fue tanto la derrota en las elecciones bonaerenses sino la falta de reacción y la velocidad que tomó, a partir del domingo pasado, el proceso de descomposición interno. Durante dos años, para Javier Milei, gobernar fue abrir frentes de batalla. Esa estrategia se topó, al mismo tiempo, con tres límites: la falta de votos, la falta de dólares y la falta de credibilidad a partir de la proliferación de escándalos por comportamiento corrupto en lo más alto de la jerarquía de poder. Ahora el tiempo ya no juega para él: cada día que pasa sin intentar algo diferente, se hunde un poco más en el pozo que ayudó a cavar.
El presidente intentó mostrarse a cargo. Estuvo en la Casa Rosada casi todos los días de esta semana, algo que no suele hacer. Encabezó varias mesas políticas, aunque desprecia esas instancias. Salió en las fotos. Incluso lanzó un primer spot nacional de cara a octubre. Sin embargo, su poder estuvo más retraído que nunca, incapaz de imponer cambios en terceras líneas de su propio gobierno, de ordenar las facciones que se disputan el entornismo mileiista y sobre todo de disputar autoridad con su hermana, a la que no por nada siempre llamó ‘el Jefe’. Karina fue el filtro que frenó cualquier cambio. Ahora le ordena redoblar.
El mensaje que dará el presidente por cadena nacional el lunes por la noche puede ser un parteaguas. Si insiste en desoír el mensaje de las urnas, si sigue hablándole al establishment y no a los argentinos, si no atiende los reclamos de los gobernadores, si anuncia más ajuste para los pobres y más leyes a favor de los ricos, si persiste en forzar un conflicto institucional para seguir gobernando sin presupuesto, por decreto y con vetos, si, en resumen, no muestra algún tipo de reacción, todo puede precipitarse muy rápido. Hace una semana el pueblo bonaerense dio su veredicto. El viernes los mercados hicieron lo suyo.
El gobierno se está quedando sin horizonte. A esta altura todos hacen las mismas cuentas: después de diciembre Milei tendrá menos, no más, herramientas que ahora. Si en las elecciones legislativas no mejora mucho su performance (una hipótesis que no se puede desechar pero a esta altura no encuentra muchos adeptos) es posible que deba hacer frente a los próximos dos años con menos y no con más diputados que ahora, contando propios y aliados. Con sólo dos meses de mayorías opositoras contundentes el gobierno sufrió mucho daño. La idea de dos años más así no es precisamente atractiva para inversores y sponsors.
El debate del presupuesto 2026 va a exhibir a la luz del día la nueva dinámica parlamentaria. La oposición sospecha que Milei intentará otra vez evitar su sanción para seguir asignando partidas de manera discrecional, como hizo durante todo su gobierno. Los distintos bloques coordinan tácticas para evitar que se salga con la suya. Si el titular de la comisión de Presupuesto, José Luis Espert, insiste en obstaculizar su funcionamiento, podría ser removido de ese cargo con una votación del pleno. Si fuera necesario se preparan incluso para hacer algo histórico: aprobar un presupuesto sin el visto bueno del Poder Ejecutivo.
Pero antes que eso habrá otras escalas. La primera esta misma semana, el miércoles 17, cuando la cámara baja se convoque para insistir en las leyes vetadas por el presidente la semana pasada (emergencia pediátrica y presupuesto universitario), crear una comisión investigadora sobre el tema fentanilo, apruebe la citación de Karina Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Salud, Mario Lugones, para dar testimonio sobre las denuncias de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad, y por último sancione con fuerza de ley la reforma del régimen de decretos de necesidad y urgencia para limitarlo.
Los peligros más acuciantes para el gobierno, sin embargo, no pasan por la oposición sino por las internas del oficialismo, que pasan por su peor momento. Empoderada en la derrota, Karina está decidida a avanzar contra sus rivales en el entorno presidencial. Las versiones recurrentes sobre la salida de Santiago Caputo fueron anticipadas por El Destape: tiene ofertas de trabajo en el exterior, cree que de la mano de su hermana Milei va a terminar mal y prefiere irse antes. No va a tomar la decisión antes de octubre porque aún alberga la esperanza de que una derrota le devuelva el poder que alguna vez tuvo en el triángulo de hierro.
Mientras tanto las Fuerzas del Cielo se pusieron en DEFCON 2 y empezaron a apuntar sus cañones digitales directamente contra la secretaria general de la presidencia, una línea roja que nunca se había cruzado. Cuentas como @monstruogigante, @GordoAntiProgre y @laromadelsur apuntaron directamente contra ella. Incluso Esteban Glavinich, @traductorteama, uno de los capitanes del ejército de trolls de la Santiaga Causa, le dedicó algunos tuits durísimos al “jefe”, a quien comparó con Kaín (lo escribió así, con K), el personaje bíblico condenado por dios a errar por siempre después de descubrir que había matado a su hermano.
El problema es que esa interna tiene implicancias. El jueves por la noche atestiguó en el marco de la investigación por las coimas en la Agencia Nacional de Discapacitados el dueño de La Derecha Diario, Fernando Cerimedo. Tras su declaración, se realizaron una nueva serie de allanamientos que complicaron la situación de Diego Spagnuolo, el extitular de ese organismo. El abogado de Cerimedo es Alejandro Sarubbi Benítez, un militante de las Fuerzas del Cielo que tiene su propio programa en Carajo, el stream del Gordo Dan, Daniel Parisini, el principal referente de ese espacio que responde a Caputo (Santiago).
Por su parte, Caputo (Luis “Toto”) fue a ese mismo canal de stream el jueves por la noche, en plena guerra interna y horas después de que el vocero presidencial, Manuel Adorni dijera en una entrevista televisiva que Parisini no forma parte del gobierno. Hay quienes sospechan que el ministro de Economía no está al margen en la interna. La paranoia carcome las pocas vigas que aún sostienen la estructura llamada La Libertad Avanza. Todos desconfían de Karina y Karina desconfía de todos. Milei, si no puede llamar la atención con insultos, se hunde en su propia intrascendencia. El país, mientras tanto, a la deriva, se acerca otra vez al abismo.
Domingo, 14 de septiembre de 2025