Bs. As. (29-9-25): Una sensación de déjà vu. Es como pasar por la esquina de un bar que tiene mesas en la calle, mirar una pareja que toma café y sentir que ya se había visto la escena. Puede surgir la duda de si no fue en un sueño premonitorio en el que se vivió el momento. El rescate de Bessent en 2025 es como el del FMI en el 2018 o el megacanje de fines del 2000.
Por: Demián Verduga
@DemianVerduga
El salvataje que el gobierno de Donald Trump le dio a Javier Milei esta semana es un déjà vu. Recuerda a un video filmado el 18 de diciembre del año 2000. La escena transcurría en los jardines de la quinta presidencial de Olivos. Se veía el pasto bien cortado y árboles de pino en una tarde soleada. Fernando de la Rúa vestía de saco, corbata, lentes redondos. Hablaba con el tono justo para mostrar comprensión por el sufrimiento de la población, firmeza y esperanza. Las definiciones eran las que utiliza siempre la derecha argentina para justificar el saqueo. “Tuve que tomar las decisiones más duras el primer año”. “No tomo medidas que sean pan para hoy y hambre para mañana”. “Ahora viene el momento de empezar a cosechar los frutos”. Déjà vu.
Era el anuncio del megacanje de deuda externa. Su objetivo era similar al anuncio que esta semana hizo el secretario del Tesoro estadounidense Scott Bessent: darles una señal a los especuladores financieros que ven que Milei ya se patinó todos los dólares que recibió y entonces deciden que es hora de levantar la carpa del circo y buscar otro destino para depredar. La señal del gobierno de Trump fue para frenar la corrida. Por ahora lo consiguió.
El otro déjà vu es del martes 8 de mayo de 2018. Esta vez no fue en los jardines de Olivos. Mauricio Macri estaba en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Vestía de saco azul oscuro y camisa celeste sin corbata. Los conceptos se repetían: “Estamos recorriendo el único camino posible para evitar una crisis”. “Buscamos equilibrar el desastre que nos dejaron en las cuentas públicas”. Era el anuncio del endeudamiento más grande de la historia del Fondo Monetario Internacional. El objetivo: frenar la corrida de los especuladores que veían que Macri se había patinado todos los dólares de la deuda que había emitido en sus primeros 24 meses de gobierno.
No tiene sentido ponerles razonamientos económicos a las decisiones de Washington. Nadie emite más moneda en el mundo que Estados Unidos. Las decisiones en son políticas.
Bessent condicionó parte del respaldo a Milei al resultado electoral del 26 de octubre. Si Milei no tiene poder político, ¿qué sentido tiene negociar con él? Macri lo sabe y no descarta ser un posible reemplazante. Las fantasías que puede tener un presidente fracasado que busca revancha no tienen límite. Victoria Villarruel está en la misma lista.
A Estados Unidos lo que le importa es desterrar a China de la región. No le está yendo bien. Resulta humillante ver la actitud sumisa de la Argentina cuando se la compara con la de otros gobiernos de la región, incluso de derecha, como Daniel Noboa de Ecuador, que gobierna un país dolarizado; y Dina Boluarte de Perú. Ambos mantienen una posición equidistante de las presiones norteamericanas respecto de China. De hecho, los chinos construyeron el gigantesco puerto de Chancay a 80 kilómetros de Lima, inaugurado en noviembre de 2024.
Por suerte hay otros recuerdos de la historia reciente. El gobierno de Néstor Kirchner fue excepcional por muchos motivos, pero hubo uno central. Néstor tenía claro que la única manera de poner de pie al país era sacarle la bola de hierro atada al tobillo que implica el endeudamiento en moneda extranjera. Lo hizo como no lo había hecho nadie desde que fueron creados los organismos internacionales de crédito. Esa decisión contó con un “dejar hacer” del gobierno de George W. Bush, que quería darles una lección a los especuladores por las disputas dentro del propio imperio. Esa quita de deuda excepcional inauguró una década de prosperidad. Ojalá pronto haya un nuevo déjà vu, pero que esta vez sea de los años felices. «
Lunes, 29 de septiembre de 2025