Por Gabriel Link
El ex intendente parece desesperado por volver al ruedo, al punto de haberse “amontonado” con todos sus enemigos políticos en el solo afán de figurar en una lista. Luego de 5 años sin el menor intento coherente por construir un espacio político en derredor de su atrayente figura vuelve a aparecer en una lista perdedora, como en 2007, cuando por apurarse solamente cosechó 500 votos como candidato a diputado. ¿Quienes impulsan la lista de Verón? ¿Las intenciones de Verón y las de Karlen son las mismas?.

Alrededor de las 10 de la noche del sábado 10 de diciembre de 2005, Rubén Eduardo Verón pasaba silenciosamente al ostracismo. Rulo estaba golpeado, aun no había logrado reponerse de la inesperada derrota que le había propinado el radicalismo y sabía que tenía que ponerse a trabajar, a contramano de quienes lo habían antecedido en el cargo salía más pobre de lo que era cuando llegó al poder, no tenía casa propia, tenía un auto viejo y llevaba más de una década sin ejercer la profesión. También a contramano de la clase política en general salía de una gestión ejecutiva de cuatro años con la frente alta, el prestigio intacto y la billetera vacía, ¿se había equivocado?.

Este podría ser el primer párrafo de una novela sobre la vida del ex intendente Rubén Verón y se me ocurre que en los últimos cinco años Rulo se habrá hecho esa pregunta una y mil veces, ¿me habré equivocado?. Verón no robó, eso lo sabe el pueblo entero, esa es su carta de presentación, jamás nadie (salvo Sergio López, Rubén Ojeda y Peteco Vischi) lo señaló con el dedo y eso es importante, pero es difícil resignarse a perder el poder, él lo perdió, y analizando sus últimas decisiones me atrevería a decir que lo perdió para siempre.

Verón no participó en la vida política de Libres de los últimos cinco años más que en el vergonzante y pasajero traspié de 2007, en el que expuso irresponsablemente su prestigio participando en tercer lugar de la lista de candidatos a diputado nacional de un ignoto Carlos Macci, asociado al “Macrismo”, en la que no superó los 500 votos, “un error político” diría más tarde, sobre lo que fue una evidente demostración de que el canto de las sirenas resuena más alto en sus oídos que el razonamiento lógico.

Y pareciera que esta vez le volvió a ocurrir lo mismo, aunque, a diferencia de aquel “error” de 2007, este de 2011 le traerá consecuencias mucho mayores. En aquella oportunidad la derrota pasó prácticamente desapercibida pues la gente no sabía bien si Carlos Macci era un político o un jugador de futbol o si “Alternativa Republicana” era un partido político o un club de barrio. Esto, en cambio, es el peronismo, un monstruo dormido que carece de candidatos a intendente, y cuando todo indicaba que el futuro peronista de 2013 se dirimiría en una interna light o apenas una simple encuesta, para definir si la fórmula era Verón/Hantouche o Hantouche/Verón, Rulo decidió resolver todo con dos años de antelación, pues, la cantada derrota que sufrirá en esta interna lo dejará expuesto frente a un electorado peronista que no lo registra como representante suyo y pasada la interna ya no tendrá derecho a reclamo alguno.

Aquí la trampa en la que cayó el ingenuo ex intendente. A pesar de ser afiliado al PJ desde hace muchos años el peronista no lo reconoce como parte de sí, él fue intendente del Panu, no del PJ, y cuando llegó al poder, como todos, echó a empleados peronistas para colocar en sus lugares a panuistas, y de eso los peronistas se acuerdan, como recuerdan también cuando a muchos empleados peronistas con muchísimos años de antigüedad, Rulo los mandó a cobrar el estacionamiento medido a la calle Colón, entre ellos a quien hoy encabeza su lista de concejales.

El fuerte de Rulo como candidato peronista estaría en la captación de los votos independientes, ahí es fuerte. Sin embargo esos votos a él no le sirven, pues las autoridades partidarias se eligen exclusivamente con los votos de los afiliados, en cambio, los concejales se eligen en una interna abierta y es para eso que buscaron una figura convocante. Alejandro Karlen y Peteco Vischi, los impulsores de esta lista, saben perfectamente que jamás podrían ganar el Concejo Departamental de Libres, a Karlen le alcanza simplemente con figurar en la segunda ciudad del interior y Peteco, que es quien sostiene financieramente el aparato, busca exclusivamente “mechar” un concejal en la lista definitiva que competirá en las generales, con lo cual se asegura para sí un voto más en el concejo que viene. Cuando hace solo 48 horas el gobernador habló de meter “una pata peronista” en ECO se refería a esto, a recrear un esquema similar al Frente de Todos, que engañe al electorado peronista y debilite al rival, en línea con ese pensamiento es que Peteco decidió sostener el sueño utópico de Rulo Verón, quien recién después de aceptar descubrió que el tipo que más lo desprestigió era en realidad el verdadero “jefe” de su lista.

Lo increíble del caso es que quienes quisieron derrocar a Verón en el año 2003 son los mismos tipos que hoy lo utilizan y se sirven de su buena imagen para intentar romper la estructura peronista, Rulo supo vencerlos en aquel entonces y sin embargo hoy, a esos enemigos, y a quienes luego de salir de la municipalidad intentaron destruirlo, es a quienes les presta su nombre. ¿Qué le pasa a Verón, se le apagaron todas las luces o está “tan” desesperado que cualquier colectivo lo lleva a la casa?.

Uno de los estrategas de esta jugada es Fernando La Hoz y curiosamente fue en aquella época quien, desde las sombras, movía los hilos destituyentes; Rubén Ojeda (compañero de fórmula de Verón y tercer candidato a concejal) era entonces la principal herramienta sindical de la estrategia desestabilizadora y el movilizador de los paros que obligaron al entonces intendente a pedir licencia por casi un mes, todo el mundo recuerda cuando el sindicalista le gritó en la cara que era un ladrón; la mismísima Norma Báez fue una persona que lo combatió a muerte, pues cuando Verón se terminó de acomodar en el sillón de Di Tomaso la echó de la Dirección de Acción Social para colocar ahí a quien entonces era su esposa, Alicia Rosado y a ella la mandó a la calle cobrar el estacionamiento medido; su sucesor, Eduardo Vischi, la persona que más hizo por desprestigiarlo, acusándolo públicamente de ladrón y de inepto es hoy quien paga su campaña, y como corolario, el periodista que más barbaridades dijo de Verón, el que se llenó la boca de letras, durante dos años enteros, para gritar a viva voz que el de Rulo había sido el gobierno más corrupto de la historia de Libres, es hoy el principal sostén mediático de su campaña. Un verdadero mamarracho, que lima toda la dignidad que el doctor Rubén Eduardo Verón supo mostrar durante su gobierno.

Dicen, que el tándem Colombi-Karlen-Vischi le ofreció un juzgado para “pagarle” el favor que les está haciendo, dicen también, que Rulo les creyó.

Una lástima, un triste final para una carrera política que jamás fue brillante, pero que nos podría haber garantizado que el próximo intendente no sería un mafioso como este que nos gobierna hoy. Rulo Verón fue un tipo correcto en su vida política, una vida política que a partir del próximo 10 de abril… descansará en paz!

Sábado, 19 de marzo de 2011