Sólo bastó una semana para que el primer mandatario correntino, Ricardo Colombi, rompa definitivamente las relaciones con el Gobierno Nacional y sea cada vez más contundente en sus actos de gobierno. Su viaje a Córdoba, la ruptura del Pacto Fiscal y el convenio firmado entre el intendente de la ciudad de Goya, Ignacio Osella, con Mauricio Macri, considerado el pilar del modelo anti K en todo el país, fueron los tres puntos de desencuentros en dicha analogía.

Al parecer, Colombi marcó su propio destino, permanecer totalmente fuera del modelo popular y nacional. La decisión de representar una postura opositora se afianzó la semana que pasó. Lo último, fue que el Intendente Osella firmó un acuerdo de “colaboración recíproca” con la ciudad de Buenos Aires, con el fin de desarrollar actividades conjuntas de intercambio con la necesidad de fortalecer e incrementar las relaciones entre ellas. Una buena excusa para marcar una tendencia y un rumbo.

En otro marco, la realidad local, estampó que la búsqueda de fondos para la provincia y la estabilidad en la gestión, se conviertan en los puntos más destacados del discurso del mandatario correntino. Sobre todo en tiempos de crisis: el trabajo legislativo de la bancada radical para conseguir apoyo en los créditos más importantes para Corrientes en toda su historia, la espera ansiosa de los ocupas a recibir respuestas por parte del Estado Provincial y el reclamo a Nación por los fondos provinciales retenidos para ANSES previsto en el Pacto Fiscal del ‘92.

El gran inconveniente surgió cuando salieron a la luz cuestiones fundamentales a resolver de la gestión de Colombi. Por un lado, la crisis habitacional que motivó a miles de correntinos a ocupar tierras públicas y privadas con la ilusión de acceder a una vivienda; el notable alineamiento del Estado Provincial a las provincias opositoras a Nación, para sumarse al reclamo de similitudes y el acercamiento del gobernador provincial a su par José Manuel De la Sota.

Haciendo memoria, desde su discurso inaugural de sesiones ordinarias de las Cámaras Legislativas del 1 de marzo del corriente año, maximizó la exhortación como eje del texto y la continuidad del discurso hegemónico marcó un parámetro para todo el ciclo. Lo primero a analizar es si el presupuesto que recibe Corrientes, en diferentes términos reflejan las políticas llevadas a cabo y si existe un correlato entre las enunciaciones públicas y los esfuerzos económicos del Estado provincial.

Para entendidos, el discurso de Colombi alude al desconocimiento, la ignorancia y la negación de los acontecimientos sociales más relevantes en nuestra provincia, que fueron ajenos a una interacción. Por ejemplo, se trasluce en más de 10 años de carencia de políticas que mejoren la realidad habitacional de los correntinos.

Para finalizar la palabras de la diputada Sonia López, y una divisa del desencanto de los ciudadanos: “El discurso de Colombi enerva mas la situación. Estoy preocupada. Ya hubo incidentes y los vecinos están asustados. En la madrugada hubo procedimientos en varios barrios. El Gobierno Provincial manda a enfrentar a la policía con la gente. Por eso pido que tengan sensatez y pare esto. Actuar así es tirar fósforos donde hay combustible. Hay que trabajar. No se resuelve así las cosas. La gente está decidida a quedarse y eso debe entenderse. Hay muchos funcionarios que reciben órdenes y los que mandan están en sus oficinas. Llamo a una mente sensata a que pare esto. Hay decenas de terrenos ocupados en Corrientes, y se equivoca el político que piensa que esto le va dejar bien parado”, dijo.

Domingo, 2 de septiembre de 2012