El 8 de septiembre de 1989 un colectivo con seis jóvenes chamameceros cayó al río Paraná, el bandoneón, el acordeón y la guitarra, ese día apagaron sus acordes. Se cumplen hoy 23 años de la tragedia de los seis músicos, chamameceros de ley, que perdieron la vida al hundirse en el río Paraná junto con los dos choferes del colectivo que cayó a las aguas cuando transitaban la hermosa costanera de Bella Vista.

En la pintoresca localidad de Bella Vista, a 140 kilómetros de la capital correntina, la tarde del 8 de septiembre de 1989 anunciaba la llegada de una delegación de músicos correntinos y chaqueños, en gira compartida, con el fin de recaudar fondos para la realización de un viaje a Francia.

Pero la fatalidad a orillas del Río Paraná marcó el lamentable final de los hombres que transmitían pasión en cada uno de sus temas y que se constituyeron en un recuerdo vivo que trasciende los límites de la región, sembrando adeptos y sueños.

Zitto Segovia, Johnny Berh, los hermanos Michel y Gringo Sheridan, Carlos Paniagua y Yacaré Aguirre se ahogaron con los dos choferes. La tragedia sacudió a la provincia de Corrientes y a la del Chaco, ya que entre los desaparecidos se encontraba el consagrado Zito Segovia.

El grupo de músicos se trasladó hacia la ciudad de Bella Vista para participar de un festival folclórico que se llevaría a cabo ese mismo día en las instalaciones de un club local. “La delegación” estaba conformada por Zitto Segovia, Johnny Bher, Carlos Chango Paniagua, Daniel Yacaré Aguirre, los hermanos Miguel Ángel Michel y Joaquín Sheridan, Carlos Miño, César González, Ricardo Scófano, Ricardo Tito Gómez y Cacho Espíndola.

Los artistas tenían previsto continuar viajando para completar una gira que incluía las ciudades de Resistencia, en la provincia del Chaco, y Posadas, en Misiones. El destino quiso que sea así, y que el último canto lo dieran todos juntos en pleno viaje y no en el escenario con su público.

Sábado, 8 de septiembre de 2012