Tutores dicen estar a favor de que sus hijos reciban la formación “pero así, no”. Se trata del proyecto “Saber amar” con aplicación en establecimientos primarios y secundarios. Alto voltaje en el tratamiento de la píldora del día después y la inseminación artificial. ANÁLISIS DEL FUNCIONAMIENTO DE LA “PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS”

Tutores que llevan a sus hijos a colegios católicos primarios, que prefirieron el anonimato, se acercaron a la Redacción de época con el objetivo de hacer conocer su malestar por los cuadernillos que tuvieron que adquirir, para empezar a trabajar el tema de la educación sexual integral en las aulas. Aseguran que poseen palabras de muy alto voltaje, para niños menores a los 12 años.

“Días atrás nos pidieron que compremos el cuadernillo que viene con un ejemplar para adultos. Leí el que es para padres pero no me pareció tan fuerte, pero cuando presté atención al de mi hijo me pareció una barbaridad”, dijo un tutor.

Entre los pasajes de uno de los fascículos al que pudo acceder época, se hace un análisis de la píldora del día después, en el cual reproducimos a continuación: “La píldora del día después sirve para matar bebés dentro de sus mamás”, dice uno de los subtítulos que va acompañado de un explicativo que posteriormente debe ser analizado por el alumno.

En el explicativo de este ítem se establece: “El ojalasómetro (SIC) dice: no se llama del día antes porque si fuera antes de que hubiera bebés, entonces no se llamaría píldora del día después. Por lo tanto se concluye que uno es una persona tonta si confunde el tiempo y piensa que después de que se haya formado un bebé es lo mismo que antes de que se haya formado un bebé. Sólo se puede matar a un bebé, si hay bebé. Esto se llama tener problemas para entender cuándo es antes y cuando es después. También se llama píldora del día después”, reza el apartado que debajo contempla un razonamiento por parte del alumno.

Para uno el tutor, hablar de “matar a un bebé”, frente a un niño, es un término “duro y muy frío”. “Estoy de acuerdo con que se enseñe educación sexual, pero así no”, insistió.

El documento también hace alusión a la fecundación artificial, situación que la relaciona con la oferta vigente en el mercado, de fácil consumo, y “esclavitud”.

En ese sentido el apartado explica: “Es bueno tener esclavos para que me acompañen. El ojalasómetro dice: Yo tengo derecho a tener algunas personas para mí. Si tengo derecho es porque soy superior, yo elijo a esas personas y esas personas son mías. Por lo tanto se concluye que eso que antes se llamaba esclavitud, porque a algunas personas les convenía elegir a algunas personas para ellas, ahora no esta mal si esas personas son bebés. Si yo no puedo tener un bebé mío, entonces elijo que sí quiero tener un bebé mío, y me venden un montón de formas para que yo tenga ese bebé (...) porque soy superior y debo y quiero tener ese bebé mío (...). Los que pensaban que todos somos iguales y que tener bebés no es un derecho sino un regalo, esos estaban equivocados. Ahora lo que está bien es sólo pensar en mí y lo que yo quiero tener para mí. Eso se llama fecundación artificial y sirve para tener el bebé que yo quería para mí (...).

Los cuadernillos que se están entregando actualmente en los colegios católicos están en marcados en el proyecto “Saber Amar” que fue aprobado por el Episcopado de Ecuador y aprobado por la diócesis de distintos puntos del país. Actualmente se distribuyen desde el Arzobispado y fue presentado oficialmente a las autoridades del Ministerio de Educación de la Provincia.

Por lo que pudo saber este diario, las autoridades eclesiásticas de Corrientes intentaron que se distribuya en todos los establecimientos de la provincia, cuestión que no tuvo cabida en Educación.


Jueves, 20 de septiembre de 2012