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Violencia de Genero
Una muerte, nuevos interrogantes
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Martes, 9 de julio de 2013

Corrientes (9-7-13): Falleció en la tarde del lunes Elizabeth Verón, de 31 años, quien había sufrido una feroz paliza departe de su pareja hace un mes en un domicilio del barrio Libertad. La mujer murió en el Hospital Escuela donde permanecía internada tras ser encontrada en la calle. Elizabeth había sido encontrada semiinconsciente el pasado 14 de mayo en gravísimo estado en la vereda de la casa de su pareja, un empresario del sector de la salud privada, identificado como Adrián Sosa García.

Los datos fríos y concretos de la muerte abren nuevos interrogantes que quedaron pendientes en ese momento, luego se enfriaron con los días, y ahora –con la terrible noticia- volverán a tomar dimensión en la agenda pública.

La primera y más importante pregunta que sigue sin tener respuesta: ¿Qué hizo (o hace) el estado ante los casos de violencia de género?. Y si lo hace… ¿alcanza?.

La respuesta, de buenas a primera, parece obvia, y conlleva la razonable sospecha de que siempre ponemos los temas en el tapete por algunas horas. Después, el olvido irresponsable de todos, menos del entorno de las víctimas, que deben lidiar con el drama constante.

Este y otros casos, siguen en el limbo. Nadie recuerda los innumerables casos de violencia de género producidos en Corrientes, y que repiten hasta el hartazgo el contexto de indefensión absoluta de las víctimas (casi todas mujeres) que deben sortear el problema a suerte y verdad. Y que algún policía tome en serio.

No pasa, está claro, por estructuras sociales ni problemas económicos.

El doloroso caso de Elizabeth es, en ese sentido, paradigmático. El hecho ocurrió en un barrio del centro, de clase media o media alta, y hasta se habla de un empresario exitoso como el victimario. Por eso es una tremenda estupidez querer emparentar la violencia de género con la pobreza o la indigencia.

Sin embargo, ante esos casos emblemáticos de excesos, el estado sigue ausente. Y solo se hace notar en el desmedido trabajo de médicos y enfermeros de la salud pública, que a costa de riesgos propios hacen lo que pueden.

Porque hay que recordar, por ejemplo, que el agresor de Elizabeth intentó desconectarla del respirador en pleno hospital, trenzándose en lucha con quienes la cuidaban. Hasta esa locura deben vivir nuestros servidores públicos.

Pero el estado, como institución que debe brindar las salidas ante casos extremos, sigue callado y esperando.

El caso

Sosa García, que sería dueño de un servicio privado de atención médica (vaya paradoja) se encuentra detenido por el hecho que ahora podría ser caratulado como homicidio.

Tras la muerte de Elizabeth, la jueza de turno, Beatriz Agrasso ordenó que se haga de inmediato la autopsia del cuerpo.

El fiscal de la causa Buenaventura Duarte dio detalles sobre la investigación. Aseguró que hay tres testigos que escucharon a Verón decir que la golpiza se la dio Sosa García.

"La causa de la muerte es un golpe en la cabeza, más allá de lo que pudo pasar durante la internación" aseguró el fiscal.


Martes, 9 de julio de 2013

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