Así como alguna vez el Gobierno Provincial entregó el ‘plus de fin de año’, ahora a dos meses de los comicios en el que irá por su reelección, Ricardo Colombi volvió con su combo de mejoras salariales, lo que no deja de ser un mensaje electoralista que bien puede llamarse así: el plus electoral.


Las novedades que ayer se conocieron, y que recién pagarán de agosto en adelante, son subas de $50 y $100 a las Asignaciones Familiares: el pago por cada hijo menor de 18 años pasará de $220 a $270 mensuales y el ítem por hijo discapacitado pasará de $600 a $700.

También se pagará $400 en negro, no acumulativos con los haberes de agosto, septiembre, octubre y diciembre. El beneficio alcanzará a cada uno de los 50.000 empleados públicos y 25.000 pasivos provinciales.

El análisis nos lleva a la necesidad inmediata de dejar en claro el pensamiento concreto y real ante la situación del estatal correntino: toda medida para mejorar salarios no puede menos que tomarse como bienvenida. Hay una realidad innegable de años de postergación que bien puede ser atendida con medidas inmediatas.

Ahora: ¿es el tiempo? ¿es la forma?. ¿Y el que viene?.

En la necedad del argumento simplista inmediatamente puede tildarse éste artículo de negativo y político. Pero obligadamente, por estrictas razones que nuestra profesión nos impone, no debemos permitir que el árbol tape el bosque.

A futuro

Ricardo Colombi, y sus funcionarios más conspicuos, insisten (desde hace años) que la gestión se caracteriza por la previsibilidad y el orden.

Bien, en recientes (y repetidamente detallados) informes que en éstas páginas publicamos, dejamos plenamente probado que solo con los fondos que fluyen diariamente por coparticipación federal, la administración Colombi no solo que puede dar las respuestas salariales que ahora anuncia, sino que puede hacer muchas más.

A Corrientes ingresaron –para establecer un ejemplo- 169.519.100 millones de pesos en el transcurso de la primera quincena de julio. Casi 170 millones de pesos en 9 días hábiles. Toda una muestra.

Ahora, ¿se puede explicar la queja constante de discriminación de Nación?

Más, ¿esos fondos que ingresan diariamente –que son un punto entre tanto ‘haber’ en la caja del estado- solo se destina a sueldos?.

Porque Corrientes paga sueldos, y sin meterse en créditos, pero ¿y la obra pública?; ¿y la salud?; ¿y la educación?.

Lo más grave es lo que se viene. De ganar Colombi –que puede pasar- deberá pasar las de Caín para mantener equilibrada las finanzas luego de éstos paquetes de regalos, que incluye una masiva campaña de pases a planta permanente, hecho que demandará una mención especial más adelante.

Así entonces, de ser reelecto deberá buscar sí o sí alternativas crediticias para mantener la caja. O le irá mal. Eso, si el ‘paquete’ le queda a él y los suyos.

De ganar otro (Camau, Nito Artaza o el que sea) invariablemente deberá lidiar con éste peso financiero hoy disfrazado de regalo electoral, con poco de previsión y mucho de campaña.

En síntesis, si RC pierde, el fardo le pasará a otro.

Los pases a planta

Hay una idea lamentablemente instalada entre los correntinos (como toda sociedad conservadora): la de agradecer porque a uno le dan trabajo.

Mediocre pensamiento el saludar que a un trabajador con años de prestación le pasan a planta. Es su derecho, le corresponde, se lo ganó.

En el otro plano, está el gasto indescifrable (al menos públicamente) que implica esta nueva masa laboral.

A ellos –los agentes que se ganaron la Planta- se les debe garantizar su derecho laboral. Se insiste: es lo que corresponde. Pero no está bien hacerlo de buenas a primera.


Domingo, 14 de julio de 2013