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Política - Opinión
Ricardo Colombi y el Síndrome de Hubris
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Sábado, 2 de noviembre de 2013

Paso de los Libres (2-11-13): Ricardo Colombi sigue con su victimización permanente e insólitamente pretendiendo ser actor principal de la realidad nacional, para ello emula las predicciones mesiánicas de Lilita Carrió, como si desde ese lugar logrará una proyección mayor a la de meramente el único gobernador radical y con la provincia más pobre. Los dichos sobre la presidenta y el gobierno lo vuelven a mostrar con el resentimiento a flor de piel, como de alguien que quiere ser y no puede. Decir que nuestro país “sin la presidenta es como un avión sin piloto” o que Amado Boudou “no existe” son un desatino total, pero se entiende dado que los dichos fueron efectuados luego de la fallida incursión por distintos estamentos nacionales en los cuales Ricardo pretendía una atención preferencial en atención a que está convencido de ocupar un lugar de privilegio. Con dichas actitudes el gobernador encajaría en el famoso “Síndrome de Hubris” del Dr. Nelson Castro ya que muestra todas las características de dicho desorden de la personalidad.
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EN INTERIOR LAS CARACTERÍSTICAS DEL SINDROME


El gobernador correntino volvió a demostrar su total falta de diplomacia al avanzar nuevamente con críticas al gobierno nacional mientras que pretende un trato preferencial hacia su administración, en esta oportunidad la encaró contra el Vicepresidente Amado Boudou, desconociendo su investidura y su rol como presidente a cargo expresando que "Lamentablemente, tenemos un país paralizado. Hay un vicepresidente que no existe y un ministro de Economía (Hernán Lorenzino) que se cae de la moto. Así no se puede avanzar en nada", como si en esta provincia todo anduviera como debe y su administración, más allá de pagar los sueldos en fecha, fuera intachable y eficiente, cuando en realidad los servicios más básicos como la seguridad, la salud y la educación sufren de serísimas falencias, ni hablar de lo referido al aspecto energético que a pesar de todo lo que dice los cortes siguen a la orden del día en toda la provincia.

Ricardo Colombi quien pareciera padece del famoso Síndrome de Hubris del Dr. Nelson Castro, invariablemente muestra los síntomas que enumeró el médico-periodista de TN, que no es ni más ni menos que el hecho de las personas que en posición de poder, no pueden manejar las variables que dicho poder pone en sus manos e imaginan que todo lo que hacen o piensan es correcto y a quienes piensan en forma diferente o lo critican los catalogan de enemigos, y es justamente en este sentido en que el gobernador y su ministro de economía, Vaz Torres, suponen que el gobierno nacional, con su presidenta y ministros y la mayoría de las provincias con sus gobernadores están totalmente equivocados y sus administraciones son pésimas por la incapacidad de los funcionarios, un verdadero disparate sin sentido de los que nos tienen acostumbrados, pretendiendo por un lado Colombi indicar a la presidenta como tienen que conducir el país y Vaz Torres con sus delirios narcisistas queriendo establecer las pautas de la economía nacional.

Cuando Ricardo se refiere a que “tenemos un país paralizado” (por la ausencia de Cristina) muestra nuevamente el desatino total, desatino al que lo lleva su profundo antiperonismo y su irrefrenable intención de convertirse en referente nacional de la oposición, embarcándose en los mismos dislates que nos muestran políticos nacionales dependientes de los grupos hegemónicos, grupo al cual claramente adhiere Colombi habida cuenta de sus dichos pocos días después de las elecciones del 15 S en donde recriminaba a los periodistas de Clarín por una nota que lo disgustó, abonando dicha recriminación en su amistad con el Vicepresidente de Clarín, José Aranda, y admitiendo su ferrea oposición a la Ley de Medios.

Imagina el mandatario provincial que el hecho de haber ganado las elecciones le da tan solo derechos y no obligaciones, máxime cuando se debe tener en cuenta que casi la mitad de los correntinos no están de acuerdo con su manera de gobernar, situación ésta que no se condice con su permanente victimización y proclamas de discriminación por parte del gobierno nacional.

A este respecto también es dable recordar que Colombi se disgustó con funcionarios nacionales por no haber sido atendido en oportunidad en que estando en la capital federal para inaugurar la Casa de Corrientes, decidió hacer diversas gestiones en Casa Rosada en donde no tuvo los resultados que esperaba por lo que expresó a medios de prensa que "Es imposible avanzar porque nadie resuelve nada, nadie decide. Hay funcionarios que no resuelven nada”, expresiones que marcan definitivamente la actitud patoteril del correntino puesto que antes mismo de efectuar dichas gestiones embistió duramente contra el gobierno nacional y los funcionarios y pocas horas después pretende que se lo atienda con un trato preferencial y sin seguir los pasos correspondientes como cualquier hijo de vecino.

Es notable la actitud de Colombi, critica al Ministro de Economía diciendo que “Lorenzino no maneja la economía”, al Secretario de Comercio Guillermo Moreno, al Ministro de Planificación Julio Devido, al Vicepresidente Amado Boudou, a la política llevada a delante por la presidenta, como si quisiera demostrar, en una actitud infantilista, que él es el más malo, el más corajudo y que con eso va a lograr la relevancia nacional a la que aspira, a todo esto cabe recordar que su “referente” y amigo José Manuel De la Sota, no lo tuvo siquiera en cuenta al hablar sobre quienes fueron los hacedores del triunfo pírrico de la oposición al gobierno en las pasadas elecciones nacionales.

A saber y para aclararle al mandatario correntino, la economía de la Argentina no la maneja el Ministro de Economía, como sucedía en los años que añora Colombi, ni Guillermo Moreno, la economía, desde la llegada de Néstor Kirchner al poder hace 10 años, la maneja el presidente de la Nación como corresponde ser, que la economía esté al servicio de la política y no la política al servicio de la economía como sucedió hasta el año 2003.

"Hoy no sabemos dónde estamos parados como país" y "si no se discuten el tema inflación y la redistribución, las provincias van a tener cada vez más problemas" sentenciaba Ricardo Colombi pretendiendo nuevamente marcar el rumbo de la política nacional y demostrando una vez más que podría ser un paciente privilegiado del Dr. Nelson Castro, quien además se manifestó partidario del diagnóstico a distancia y lo podría atender hasta por telepatía, el correntino es un verdadero ejemplo del famoso Síndrome de Hubris ya que en él se concentran todas las características de dicho desorden de la personalidad.

Ahhh!!! Otro ejemplo de creer estar por sobre todo, es el hecho de que hasta el momento Ricardo Colombi no declaró en la causa en la que se encuentra imputado por “Defraudación Fiscal, Asociación Ilícita y Enriquecimiento Ilícito” que se sustancia en el Juzgado Federal de Paso de los Libres, amparándose básicamente en su poder como mandatario provincial.

Definitivamente Colombi confunde fortaleza y firmeza en los reclamos y las gestiones con difamación, golpes bajos, ataques, en la creencia de que con dichas actitudes amedrentará a sus adversarios políticos y podrá lograr una preeminencia sobre ellos mostrando una ingenuidad política llamativa, ya que el camino definitivamente es el diálogo y el respeto.
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CARACTERÍSTICAS DEL SINDROME DE HUBRIS – ANALICE CUANTAS DE ESTAS CORRESPONDEN AL GOBERNADOR
1- Una propensión narcisista a ver su mundo principalmente como un escenario donde ejercitar su poder y buscar la gloria.

2- Una predisposición para lanzar acciones que puedan dar al individuo una luz favorable, con el fin de embellecer su imagen.

3- Una preocupación desmedida por la imagen y la presentación.

4- Un modo mesiánico de comentar los asuntos corrientes y una tendencia a la exaltación.

5- Una identificación con la nación o una organización hasta el extremo que el individuo valora su punto de vista y sus intereses como idénticos.

6- Una tendencia a hablar de sí mismo en tercera persona o a usar la forma regia de « nosotros ».

7- Una excesiva confianza en su propio juicio y un desprecio por los consejos o las críticas de los demás.

8- Un enfoque personal exagerado, tendente a la omnipotencia, de lo que son capaces de llevar a cabo.

9- Una creencia de que antes de rendir cuentas al conjunto de sus colegas o a la opinión pública, la Corte ante la cual deben responder es: la Historia o Dios.

10- La idea inquebrantable de que aquella Corte les absolverá.

11- Una pérdida de contacto con la realidad, a menudo vinculada a un aislamiento paulatino.

12- Agitación, imprudencia e impulsividad.

13- Una tendencia a privilegiar su « amplia visión » en detrimento de la entereza moral de un derrotero señalado, de modo a pasar por alto la necesidad de contemplar las posibilidades prácticas, los costos y los resultados .

14- Una incompetencia « hubrística », cuando las cosas van mal porque demasiada confianza en sí mismo condujo al líder a desatender los peligros y las trampas generados por su propia política.


Sábado, 2 de noviembre de 2013

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