Santo Tomé (27-6-14): La localidad está en estado de alerta por las lluvias en Misiones y Brasil. La creciente continúa azotando al Norte del país y el panorama preocupa. Ahora el río avanza desde Misiones debido a la fuerte lluvia caída sobre tierra misionera y la costa brasileña del río Uruguay, lo que hace que el caudal aumente rápidamente despertando el alerta en toda la zona.

El riesgo recae directamente sobre la localidad correntina de Santo Tomé, ya que en las últimas 24 horas el hidrómetro del puerto local registró un incremento de 1,90 metro, afectando la actividad laboral de unas 140 familias entre ladrilleros y pescadores de esa ciudad.

Si bien la marca de alerta es de 11,50 metros para esta ciudad, ayer al mediodía la altura se hallaba en 8,82 en el puerto local, mientras que en Garruchos, primer puerto en territorio correntino, el río incrementó su caudal en las últimas doce horas en 1,25 metro con tendencia creciente hora tras hora. Al respecto, NORTE de Corrientes consultó al intendente de Santo Tomé, Víctor Giraud, quien confirmó que "hace dos días el río Uruguay está en creciente y en la localidad toda la semana hubo lluvias y lloviznas intermitentes, lo que complica aún más el panorama", detalló, aunque aclaró que el caudal se encontraba hasta ayer a la tarde en 8,82 metros, y recién alrededor de los 10 se podría hablar de un estado de alerta.

No obstante, por el momento permanecen expectantes, ya que el torrente del río avanza en forma fortuita. "Todavía no tenemos gente evacuada, ya que no hay familias en las costas, y recién a partir de los 11 metros se podrá hablar de evacuación".

Por otra parte, el Jefe comunal afirmó que quienes más se ven perjudicados por la creciente en esa localidad son las familias de pescadores y ladrilleros, ya que su trabajo se ve directamente afectado por la inestabilidad del caudal de agua, en permanente ascenso y descenso. "Este panorama los complica, ya que ellos viven de eso. Ahora estoy gestionando ante la Nación una ayuda alimenticia para estos sectores", explicó, destacando también que en estos casos los pescadores no reciben ningún tipo de subsidios, a excepción de los períodos de veda. "Ellos no tienen problema habitacional, sólo laboral", sentenció Giraud. Los damnificados son los ladrilleros que viven en los barrios Bajo Atalaya e Itacua, más los integrantes de la Asociación de Pescadores, sumando un total de 140 familias que padecen la falta de sus fuentes de trabajo.

Viernes, 27 de junio de 2014