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Causa Nisman
Los fiscales opositores, figuras protagónicas en la marcha del 18F
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Jueves, 19 de febrero de 2015

Bs. As. (19-2-15): En medio de una lluvia torrencial, los miembros del Poder Judicial se convirtieron en las estrellas de la manifestación.

Desde el primer minuto de la denominada Marcha del Silencio organizada por los fiscales opositores, la Plaza de los dos Congresos fue escenario de un mecanismo para contener a los funcionarios judiciales y evitar cualquier tipo de contacto con la gente de a pie.

Raúl Pleé, Germán Moldes, Ricardo Sáenz, Carlos Rívolo, Guillermo Marijuán, Carlos Stornelli y José María Campagnoli lo habían anunciado y así lo hicieron.

Ellos decidieron mantenerse al margen del resto de los ciudadanos y, con cara de situación, expresaron el homenaje a su colega Alberto Nisman.

Los fiscales decidieron mantenerse al margen del resto de los ciudadanos.

Con una estructura rectangular conformada por hombres entrelazados vestidos de negro y sin ningún tipo de identificación, los funcionarios judiciales pudieron resguardarse ¿Por qué lo hicieron?

Poco a poco y a medida que la manifestación comenzó a moverse en dirección a la Plaza de Mayo, la imagen fue quedando más clara. No era la tarde para el recuerdo familiar. Ni la jueza Sandra Arroyo Salgado ni sus hijas; tampoco la madre de Nisman, Sara Garfunkel, fueron el eje de la atención. Ellas decidieron rendir un sincero y humilde homenaje.

El 18F fue el día de los fiscales. Con intención o sin ella, los funcionarios de la justicia se convirtieron por unas horas en “estrellas de rock”. Desde el momento de su llegada fueron recibidos con grandes vítores y a medida que caminaban la gente se agolpaba para verlos aunque fuera de lejos.

Desde el momento de su llegada fueron recibidos con grandes vítores.

Ellos nunca respondieron a los saludos. Todo el tiempo cargaron con una seriedad intensa en el rostro que los hacía más y más dueños del dolor.

Un auto negro con carteles que convocaban a la marcha con la foto de Nisman y dos camionetas identificadas como “Judiciales” avanzaban entre la gente e iban abriendo el paso a los protagonistas.

Detrás, los hombres de negro. Unos muchachones no tan simpáticos que a fuerza de empujones se encargaron de “proteger” el área designada para los actores de la tarde.

El corralito humano dispuesto por los organizadores los hizo especiales, los hizo únicos. Los convirtió en la marquesina que todos los asistentes querían ver y seguir pero no podían. Los hombres de negro exigían el paso.

El corralito humano dispuesto por los organizadores los hizo especiales.

¿Fue el 18F el homenaje para Nisman? Muchos de los asistentes dirán que sí; que a pesar de la lluvia se agolparon y marcharon en honor al fiscal que denunció a la Presidenta. Sin embargo, lo que se vivió en el lento transitar sobre la Avenida de Mayo fue otra cosa.

Lo que se vió fue un conjunto de personas sosteniendo un cartel que pedía por el fiscal fallecido y que, por encima de todo, se aislaba del resto. Tal vez fuera una metáfora de lo que sucede día a día con los miembros del Poder Judicial.

El final del recorrido aclaró aún más el panorama. Un colectivo abierto hizo de escenario y hasta allí llegaron uno a uno los convocantes.

¿Por qué montar un palco en una marcha de silencio? ¿Por qué siquiera tener dispuesto un sistema de audio? ¿Por qué subieron? Ninguno dijo nada; era la marcha del silencio.

El único que habló fue Julio Piumato y pidió un minuto de silencio que fue sostenido por los manifestantes. Ese fue el final del día en que los fiscales asumieron un protagonismo inusitado.


Jueves, 19 de febrero de 2015

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