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Interés General
Nueva marcha reclamando justicia por la muerte de Matías Albornoz
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Domingo, 23 de agosto de 2015

Paso de los Libres (23-8-15): El viernes se concretó una nueva marcha, la segunda, reclamando justicia por la muerte de Matías Albornoz y más controles en el tránsito para evitar otros hechos similares. Encabezada por sus padres y familiares y con una importante cantidad de jóvenes compañeros y amigos de Matías la marcha partió dese Plaza San Martín, hasta el palacio comunal para hablar con el intendente Tarabini y solicitar más controles. El jefe comunal atendió a los padres y amigos de Matías recién cuando ingresaron al hall de la intendencia, ya que se encontraba asistiendo a una “importante” presentación literaria, compromiso que no le permitió marchar en reclamo de justicia por un joven libreño muerto por un alcoholizado luego de una fiesta, hecho que pudo haber sido evitado si se efectuaran los controles correspondientes. El mandatario comunal volvió a esbozar justificativos y pretendió darle un carácter político a la marcha, al manifestar que se efectúan los controles de tránsito y de alcoholemia, el casi centenar de jóvenes presentes se lo negó en la cara. De hecho el mismísimo parte de tránsito da muestras de la falta de control. Nuevamente queda a las claras que en esta ciudad para las autoridades comunales ni siquiera la vida es prioridad.
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Cerca de las 20,30 hs. partió desde la esquina de Colón y Uruguay una nueva marcha reclamando justicia por la muerte del joven Matías Albornoz de 18 años y más controles en el tránsito, la misma estaba encabezada por los padres de Matías, hermanos y un centenar de jóvenes compañeros y amigos., con rumbo hacia la municipalidad para reclamarle nuevamente al Intendente Raúl Tarabini que se efectúen más controles, sobre todo de alcoholemia para evitar otra tragedia como la sucedida.

Los jóvenes y familiares marcharon por calle Colón hasta el municipio al llegar esperaban la presencia del mandatario comunal, pero el mismo no se hacía presente, la concejal Mónica de Gaetano cruzó breves palabras con los familiares de Matías y se retiró, la espera del intendente siguió por espacio de tiempo más hasta que se percatan que Tarabini se encontraba en el salón de actos municipal en la presentación de un libro, momento en el cual deciden ingresar al edificio comunal. Ante esta situación Tarabini dejó la importante tarea que lo abocaba y bajó los pocos escalones que lo separaba de los padres y amigos de una víctima de la inseguridad en el tránsito.

En el lugar Raúl Tarabini argumentó que no tenía conocimiento de que se realizaba esta marcha, aunque curiosamente la Dirección de Tránsito custodió la misma durante todo el trayecto cortando el tránsito vehicular es decir que el conocimiento lo tenía, a su vez también sugirió a los presentes sobre el hecho de que la marcha se pueda usar políticamente, la advertencia vino a cuento de que estaba presente la concejal Sara Alegre (PJ) como lo hace habitualmente con todos los reclamos populares, máxime en este caso por el sentimiento de madre y la responsabilidad institucional que le cabe de pedir justicia por este hecho lamentable que consternó a toda la población, o al menos a gran parte de ella; expresó, nuevamente, su solidaridad hacia los padres y anunció que los controles de tránsito en los boliches y locales de fiestas se estaban haciendo junto a los de alcoholemia, hecho que fue refutado a viva voz por el centenar de jóvenes presentes en el lugar y que son justamente quienes tienen el conocimiento de si los mismos se hacen o no.

Cabe aclarar que durante el fin de semana largo pasado se hicieron algunos controles de alcoholemia dando irrisoriamente solo 4 resultados positivos cuando por cierto son decenas los conductores en estado de ebriedad que recorren las calles de la ciudad durante la madrugada. A esta situación cabe agregar que en una reunión de ediles realizada la semana pasada con la Directora de Tránsito Gabriela Ruiz la misma enarboló un nuevo e insólito pretexto para justificar la falta de controles nocturnos, dijo que era muy difícil lograr que los inspectores hagan guardias nocturnas “porque muchos eran sindicalistas” y se negaban a hacerlo, el curioso argumento viene en que desde la Dirección de Tránsito se niegan a pagar horas extras y hacen francos compensatorios lo que claramente está en contra de las leyes laborales, además cabe destacar que los inspectores en su mayoría son contratados con salarios de los más bajos de la escala comunal y a quienes menos en cuenta se tiene, es de aclarar que al ser contratados deben acatar toda orden que se le da bajo la amenaza de no renovar el contrato, hecho que hace caer por si solo la argumentación sobre los sindicalistas y muestra fehacientemente la falta de capacidad organizativa para efectuar los controles, cabe recordar que en estas propias columnas se denunció el año pasado que los inspectores libreños hacían rifas para poder comprarse el uniforme dado que desde la comuna no se los daban, muestra cabal de la indefensión en que se encuentra el personal de esta área.

Decididamente el Intendente nada está haciendo para que el control en el tránsito se intensifique, de nada vale controlar el horario de cierre de los boliches cuando por cierto el problema está justamente después del cierre, sea a la hora que sea y es en donde se deben apurar los controles de Transito y policiales, pues es rayano en la inverosimilitud pensar que durante todo el fin de semana largo, desde el jueves hasta el lunes, donde hubieron por lo menos 6 eventos bailables, tan solo cuatro personas condujeran alcoholizadas, eso es la muestra más cabal de que nada se hace.

Asimismo a pesar de que existen leyes provinciales a las cuales se adhirió la comuna, sobre expendio de bebidas a menores y sobre horarios de menores en espectáculos públicos, ni una sola inspección se efectúa ni policial ni municipal. Como dato anexo se puede decir que el salón de fiestas desde el cual salieron los jóvenes involucrados en el trágico accidente fue habilitado por la municipalidad a pesar que no cuenta con una playa de estacionamiento acorde a la cantidad de gente que ingresa razón por la cual los vehículos estacionan en la banquina con el riesgo que ello conlleva y que determina que quienes se dirigen a pie lo tengan que hacer sobre la ruta.

Nuevamente los padres y amigos de Matías habrán salido con un sabor amargo y una mochila aún más pesada no ya solo por la desgracia propia sino por la indiferencia de las autoridades.

Si bien los padres y sus amigos no quieren que la política se meta en esta desgracia, el hecho no se politiza con que reclamen políticos o no, sino por justamente la intención del Intendente de endilgar infiltraciones políticas para justificar su inacción, hecho similar pasó con los autoconvocados cuando se pretendió a un reclamo justo endilgarle intencionalidad política para esconder la incapacidad propia de resolver los problemas de la sociedad como cuanta vez que hay un reclamo social siempre salen con el lazarillo verbal de la politización de los temas.

Según los participantes las marchas seguirán, y con justa razón, hasta que no se haga justicia con quien mató a Matías y la municipalidad no efectúe los controles correspondientes.

Uno ni siquiera puede argumentar que sabe lo que se siente puesto que la pérdida de un hijo debe ser el suceso más angustiante, un dolor inenarrable, casi imposible de sobrellevar y mucho más si quienes tienen la responsabilidad de evitar hechos similares pareciera que no tienen hijos y que solo se mueven por otro tipo de intereses.

Los hechos
En la madrugada del domingo 19 de julio pasado, aproximadamente a las 6, 30 hs., Matías Albornoz junto a un amigo Guillermo Acuña que venían caminando hacia el centro de la ciudad luego de salir de una fiesta en un salón ubicado sobre ruta al aeropuerto, son atropellados por un automóvil que se da a la fuga, posteriormente el automovilista de apellido Goya se entrega a la policía pero el abandono de persona se produjo, de resultas de la colisión los dos jóvenes de 18 y 19 años son derivados al hospital San José en donde debido a las heridas graves que presentaba Matías se lo deriva a la capital en donde fallece a raíz de las mismas. El automovilista que los atropelló estaba, según diversas versiones, en estado de ebriedad, actualmente se encuentra en libertad aunque imputado en la causa.

Uno de los hechos que se reclama puntualmente hace meses desde diversos medios de comunicación, la mayoría vale destacar que no reciben pauta municipal, es un control estricto a la salida de boliches y fiestas con severos y masivos controles de alcoholemia, pero nunca se hizo nada hasta que sucedió lo inevitable, la perdida de una joven vida que podría haber sido evitada si a la salida de la fiesta se hubieran efectuado los controles adecuados.

El 6 de agosto se concretó la primera marcha, mucho más numerosa por cierto, en donde el Intendente Tarabini se comprometió ante los padres y amigos de Matías a aumentar los controles, a pesar de lo cual en una desafortunada intervención de la presidente del Concejo, Susana Espinoza, pretendió argumentar que los controles se efectuaban lo que fue rebatido rotundamente por los jóvenes, que son quienes justamente saben si los mismos se hacen o no.

Quienes reclamaban salieron con una suerte de sensación de que algo se haría, de hecho se emprendió una campaña radial sobre los controles que se efectuarían durante el fin de semana largo desde el 14 hasta el 17 de agosto, donde no menos de 6 eventos bailables se realizaron en todos ellos lo único que se respetó es el horario de cierre, las 5,30 hs., pero sobre controles de alcoholemia ¡bien gracias!, según el propio parte de Tránsito en todo ese fin de semana tan solo se detectaron 4 casos con valores superiores a los autorizados, lo que lleva a concluir con que en Libres o se volvieron todos abstemios o los controles siguen siendo insuficientes y los que se efectuaron eran solo para la estadística y justificar que algo se está haciendo.

Lamentablemente y a pesar de lo que pensamos muchos sobre que la política no se debe inmiscuir en estos temas, se debe concluir que el problema es netamente político, por falta de políticas preventivas, por falta de controles, por “apañar” a amigos e hijos del poder, por falta de una justicia que sea realmente justa, por falta por supuesto de sentido común y sensibilidad, y lo que si se debe excluir de todas estas cuestiones es la política partidaria esa que ampara y justifica todo lo que se dijo reglones arriba sobre la falta de dichas acciones políticas y que medra inexplicablemente hasta con los sentimientos más nobles que el ciudadano tiene.

Para muestra basta un botón, el Intendente Raúl Tarabini, para mostrar ante los padres y amigos de Matías que estaba preocupado e interesado en el hecho manifestó que ´fue inclusive hasta el Carmelo - Convento de Carmelitas – para preguntarles si el volumen de la música no molestaba´, el Convento queda a unos 150 mts. del local en cuestión, pero sus dichos demuestran que Tarabini no tiene ni la más mínima noción de lo que dice o hace, se está hablando de controles para evitar accidentes y muertes y él se preocupa en saber si el volumen es alto o bajo, no tiene derecho a tomar el pelo a la gente de esa manera, o si no todavía no tiene en claro la diferencia entre un alcoholímetro y un decibelímetro. De esto se trata, de la desidia y el desinterés por el prójimo.
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Domingo, 23 de agosto de 2015

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