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Interés General
Maceió, naturaleza pura en Brasil
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Lunes, 13 de abril de 2009

Localizada en ambiente totalmente litoraleño, Maceió se destaca por su belleza, enclavada entre los cocoteros, los pantanales y el mar. Posee una orla marítima, donde se puede andar con toda tranquilidad, y bellas playas urbanas. Capital del Estado de Alagoas, Maceió debe su nombre a los indios Tupí. Impresionados con los fenómenos de la naturaleza que ocurrían en el lugar, ellos la llamaban de “Maçayó” o “Maçai-o-k”, que significa “lo que tapa el pantano”.

La ciudad tuvo su origen en un antiguo ingenio de azúcar, alrededor del siglo XVIII. Su desarrollo comenzó con la llegada de navíos que llevaban madera de la ensenada de Jaraguá. Con el surgimiento de los ingenios, Maceió pasó a exportar azúcar, después tabaco, coco, cuero y algunas especierías. La prosperidad hizo que el 5 de diciembre de 1815, el poblado se tornase villa. Gracias a su crecimiento, el 9 de diciembre de 1839, Maceió ya era la capital de la provincia de Alagoas. La ciudad posee una buena infraestructura turística que ofrece al visitante, además de buenos hoteles, una cultura diversificada en artesanía, culinaria y costumbres.

    Clima. El clima es tropical, caluroso y húmedo. Los meses más calurosos son diciembre y enero, cuando la temperatura llega a alcanzar los 36ºC a la sombra. Las temperaturas más bajas, con mínimas de alrededor de 21ºC, se registran usualmente en los meses de julio y agosto.

    Hospedaje / restaurantes. Buenas opciones de hospedaje no faltan en Maceió. La ciudad posee una completa infraestructura para atender a los turistas. Las opciones van desde hoteles de nivel internacional a acogedoras posadas con precios más accesibles.

   La cocina local tiene como estrella el sururú, molusco muy encontrado en las lagunas de Manguaba y Mundaú. Puede ser degustado en platos diversos, como el caldito, tenido como afrodisíaco en la región. Además de excelentes platos de pescados y frutos del mar, los visitantes pueden optar por otras especialidades de la cocina internacional, servidas en los restaurantes de la ciudad.

Playas urbanas

Jatiúca. Su nombre viene de la palabra indígena y-ati-ucá, que significa garrapata. Está también la versión de que su origen se debe al fruto de la garrapatera (mamona), planta que era común en la región. La playa queda aproximadamente a 4,5 kilómetros al norte del Centro de la ciudad. El mar es agitado en casi toda su extensión. Por eso mismo, son realizados con frecuencia campeonatos de surf y de bodyboarding. Como está en la región central, está plenamente provista de restaurantes, quioscos de playa, pista de cooper y de ciclismo, equipos de gimnasia, shopping center, hoteles y posadas.

    Punta Verde. Una punta de tierra que emerge mar adentro, cubierta por el verde de las áreas de cocoteros. Fue este fenómeno que dio nombre a una de las playas de Maceió con más movimiento. En el pasado, abrigó al más famoso símbolo de la ciudad, la “Gola del Avestruz”, un cocotero cuyo tronco parecía el pescuezo de un avestruz. El mismo quedaba próximo del actual Alagoas Yate Club (Clube Alagoinha). Los arrecifes forman piscinas naturales y es común, en la marea baja, avistar bañistas en estas piscinas, principalmente en las proximidades del faro. Tiene quioscos con música en vivo, bares, restaurantes, cafeterías y hoteles.

    Pajuçara. Queda a aproximadamente dos kilómetros del centro de la ciudad. Posee aguas tranquilas, gracias a sus arrecifes que la tornan segura para el baño, principalmente, de niños. Es también en Pajuçara (cerca de la pequeña feria de artesanías) de donde salen las jangadas para la piscina natural, formada por arrecifes de corales, donde el turista encuentra bares flotantes.

Cementerio indígena

Cruz de las Almas. Playa urbana, con quioscos, restaurantes y hoteles. El lugar, que otrora fue un cementerio indígena, está cargado de misticismo, fortalecido por la gran fuerza de sus olas. De día es el paraíso de los surfistas; en las noches de luna llena, es el escenario ideal de los novios que celebran, sin saber, la leyenda de la pareja de indios, quienes por ser de tribus rivales, fueron sacrificados. Hay quienes afirman que cuando la luna se torna más bella, ellos vienen a bañarse en las aguas del mar.

    Sobral. El nombre de esta playa también bautizó al barrio vecino. El área próxima, formada por quintas y áreas de cocoteros, pertenecía a Manuel Sobral Pinto, el comendador Sobral, quien dio el nombre al lugar.

    Pontal da Barra. Playa que, en el pasado fue adornada por dunas movibles y áreas de cocoteros nativos, siendo palco de uno de los más bellos fenómenos de la naturaleza: el encuentro de la laguna Mundaú con el mar.

Bares rústicos

Litoral Norte. Este lugar es rico en cocoteros nativos, acantilados, pantanales, ríos y vegetación de diversas especies. No deje de visitar las playas de Guaxuma, que tiene bares rústicos y acogedores a la orilla del mar; Sonho Verde, con sus aguas verdes y su vasta área de cocoteros; y la famosa isla de Croa, en la entrada de Santo Antonio.

    Entrada de Santo Antonio. Queda en la Costa Dorada de Alagoas, a 50 kilómetros de Maceió. Posee playas salvajes con arrecifes que forman piscinas naturales de aguas límpidas y arenas claras.

 En las márgenes del río Santo Antonio, el municipio está dividido en dos partes. Un lado abriga gran parte de la estructura urbana de la ciudad, en cuanto el otro ofrece las principales atracciones turísticas como la isla de la Croa y la playa del Carro Quebrado. Para atravesar el río se utilizan balsas, pequeñas embarcaciones y navíos alargados.

    Ilha da Croa. Es la atracción más frecuentada de la entrada. Posee bellas playas con piscinas naturales y bares rústicos donde son servidos platos de frutos del mar. Queda en el margen izquierdo del río Santo Antonio, con acceso por balsa.

    Playa del Carro Quebrado. Playa salvaje de arena blanca, densas áreas de cocoteros, olas fuertes y agua del mar verde. En la parte sur, los acantilados coloridos son atracción aparte.

    Playa de Tabuba. Queda en la desembocadura del río Sapucaí. Posee arrecifes que forman piscinas de aguas cristalinas, donde es posible observar pececitos de todos los colores y nadar tranquilamente. De la playa parten paseos de jangada para las piscinas naturales.

Tranquilidad

Ipioca. historia, tranquilidad y bellezas naturales. Quien llega a Ipioca, localizada a 22 kilómetros de Maceió, se encuentra con una típica ciudad del interior alagoano, con gente simple y simpática en las veredas charlando y los bohemios en los bares, tomandola famosa pinga (aguardiente)con nuez o cerveza helada.

   Tierra donde nació el mariscal Floriano Peixoto; ex presidente de la República, Ipioca entró en la historia de Brasil mucho antes de eso, a mediados del siglo XVIII. Durante el período de la Invasión Holandesa, el distrito fue elegido como uno de los centros de contraataque de la región, por estar situado en un local estratégico, con vista panorámica hacia el mar.

   Con aire apacible, Ipioca se destaca por el clima manso de sus calles y por las decenas de cocotales que combinan con mucho verde. En noches de luna llena, un espectáculo imperdible: los rayos de la luna transforman la playa, nativa aún, en un tapete iluminado.

    La Fiesta de la Patronera es otro atractivo. El evento popular invita a que los habitantes salgan en procesión transformando la plaza en un gran evento cultural. Hay kermés con parque de diversión, novena en la Iglesia de “Nossa Senhora do ”, barras con comidas típicas, y todo con el mejor estilo del interior alagoano. La fiesta que tiene lugar siempre en diciembre ya tiene más de un siglo, preservando la misma devoción. Un entretenimiento garantizado para aquellos que buscan conocer el lado pintoresco de Ipioca.


Lunes, 13 de abril de 2009

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