El papa Benedicto XVI visitó hoy la zona de los Abruzos, donde hace tres semanas se produjo el fuerte terremoto que destrozó miles de viviendas y mató a 296 personas.

En medio de un fuerte temporal de lluvia y viento, el religioso tuvo que cancelar su viaje en helicóptero y se trasladó por tierra a uno de los lugares más afectados, el pueblo de Onna, de casi 300 habitantes, donde fue recibido por numerosas personas.

Entre ellos se contaba también el arzobispo de L Aquila, Giuseppe Molinari, y el jefe de la Defensa Civil italiana.

“Vine a visitarlos a esta región hermosa y destruida, que en estos momentos vive grandes penalidades y necesidades, para abrazarlos a todos”, dijo el Papa a su llegada. “Mi presencia aquí debe ser una señal de que Dios no los ha abandonado”, dijo ante un auditorio emocionado.

Al encuentro en Onna llegaron cientos de personas sin techo de los 161 campamentos que existen. Luego, el Pontífice viajará a la capital de la región, L Aquila, distante ocho kilómetros, para visitar, entre otros, la residencia estudiantil en la que murieron siete jóvenes.

Debido al retraso por el viaje por carretera, el programa se demoró más de lo previsto, pero a primera hora de la tarde se espera que el Papa regrese al Vaticano.

En los campamentos de la región viven actualmente unas 65.500 personas que se quedaron sin hogar.

Martes, 28 de abril de 2009