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Delfina, la secretaria de Julián Weich, no quiere su foto en una gomería
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Viernes, 12 de junio de 2009

Delfina Gerez Bosco, la joven que se hizo famosa en el programa de Marley como "la bañera" y que hoy acompaña a Julián Weich en Justo a tiempo, reveló que rechazó una oferta de Playboy para sacarse la ropa.

“Hoy no me gustaría que mi foto como Dios me trajo al mundo adornara las paredes de una gomería. Lo hablamos con mamá y con mi hermano y decidimos que no”, le dijo la morocha a Gente.

La morocha también dijo que suele tomarse el colectivo de la línea 160: “Trato de camuflarme, con anteojos y gorro para que no me reconozcan”.

Delfina está de novia con un empresario a quien prefiere dejar en el anonimato. Según contó, el joven se tomó bien la tapa que hizo para la revista Hombre.

“Como es un chico muy serio, pensé que se iba a enojar. El tema es que esas fotos yo las hice hace un año, cuando trabajaba en otro programa y tenía otro perfil”, dijo.

Este es un extracto de una entrevista que publica la revista 7 Días:

–¿Se puede decir que ahora no tiene vergüenza?

–Hay situaciones en que sí tengo. Siempre estoy haciendo chistes, pero a veces me da miedo quedar como una pesada con Julián, entonces prefiero guardármelos y tranquilizarme un poco. Cada vez que voy a laburar trato de pasarla bien, de disfrutarlo y de ser yo.

–Siempre está sonriendo. ¿Cómo hace los días que está de mal humor?

–Como no soy rubia de ojos celestes, me tengo que reír (risas). En el 99, en Arrecifes salí Miss Simpatía, al año siguiente, Reina de la Primavera. No me lo esperaba porque no me considero ni la más linda ni la más fea, me considero normal. A medida que fui creciendo me di cuenta de que en el ambiente hay hombres y mujeres muy lindos, pero lo que te queda a través del tiempo es lo que está adentro.

–Su éxito con los hombres es muy fuerte y más si se la pasa sonriendo a todos. ¿Peca de histérica o de buena onda?

–Por ser simpática a veces el hombre confunde las cosas, hay que tener precaución. Vengo de un pueblo y hace sólo 5 años que estoy viviendo acá y me di cuenta de que las personas son una caja de sorpresas. La verdad es que si me gusta alguien se lo hago notar de otra manera. No le digo “me gustás”, pero me deschavo por la mirada.

–¿Ser tan extrovertida con los hombres alguna vez le jugo una mala pasada?

–Depende. Por ahí pasan situaciones en donde compartiste algún tiempo con un grupo de hombres por trabajo y se generó un buen clima. Pero cuando me estoy yendo uno me pregunta: “¿Te llevo?”, y si contesto que no, responden: “¡Ah, pero vos me estabas tirando onda!”. No sé si me tildarán de histérica, yo en general no tiro onda, sino “buena onda”.

–¿Está de novia?

–Sí. No es conocido, hace muy poco que estamos bien, porque hubo una separación en el medio. Teniendo este trabajo me cuesta mucho que confíen en mí y viceversa. Uno se pone más grande, miedoso y exigente. Lo conocí trabajando cuando me contrataron para hacer una publicidad. Cuando lo vi por primera vez me encantó su porte, su cara y su manera de hablar. Me pareció muy tranquilo y seductor. Y eso que no hay muchos hombres seductores. Hay mucho chico lindo, pero poco hombre seductor.

–¿Cuando está en una relación es la que lleva los pantalones o es más bien insegura?

–Soy mujer, tenemos nuestras cosas. Un día nos sentimos diosas y el otro día no, seamos o no famosas.

–¿Qué le dicen por la calle?

–Además de alguna que otra guarangada, los varones a veces me miran y se quedan duros. Otros son más lanzados y me dicen: “¡Me encantás!”, o “Te sigo desde el Muro”. La mayoría de las cosas son muy positivas. Pero la gente grande, por ejemplo, te dice: “Parecés más gorda en la tele”. Y bueno. Todo color de rosa no se puede.

–¿Se considera una morocha exitosa en un país en donde las que logran más fama son las rubias?

–Lo que pasa es que en la Argentina muchas rubias naturales no hay, y yo nunca fui una morocha arrepentida. Yo trato de pensar en mí y en mi trabajo, aunque sea un poco egoísta. Lamentablemente, si te dedicás a esto tenés que pensar en progresar todo el tiempo. Hay muchas chicas más lindas que yo que por ahí en cámara dan muy serias y la gente no las compra. Yo, con que la gente de la tribuna y en la calle me salude con buena onda ya estoy contenta.

–¿Cómo se lleva con Julián Weich?

–Julián es divertido, pero más serio. Está casado, tiene otro estilo de vida, Marley es soltero. Desde el primer momento que estuvimos haciendo los ensayos de “Justo a tiempo” con Julián, me pasó que pegamos una buena onda. Me dio algunos consejos y empezamos a laburar juntos. Estamos muy contentos porque tenemos alrededor de 20 puntos de rating. A veces chequeo por Internet cómo va el programa y qué dicen de mí.

–¿Está admitiendo que se auto-googlea?

–Claro, pongo mi nombre en Google a ver qué sale. Es muy loco porque veo lo que dicen y la mayoría es súper positivo conmigo. Les gusta mi trabajo y me ven crecer.


Viernes, 12 de junio de 2009

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