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Política
"Peteco" logró su reelección y nos gobernará por cuatro años más. Vox populi vox dei
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Lunes, 29 de junio de 2009

Por Gabriel Link
El "Príncipe Eduardo" se impuso con un porcentaje superior al 70% de los votos. “Peteco” se alzó con una amplia e inapelable victoria sobre sus tres adversarios, que supera por mucho lo que decían las encuestas de los últimos días. El candidato del Fte de Todos, Juan Legarreta se adjudicó el segundo lugar, superando por menos de 300 votos al peronista "Laly" Giorgio.
Las razones de un aplastante triunfo que nadie se animó a predecir en su real dimensión


El intendente Vischi logró el triunfo soñado, luego de una campaña plagada de “cosas raras” el príncipe Eduardo se alzó con el 70% de los votos en una elección impecable por parte de alguien que evidentemente diagramó a la perfección su estrategia de campaña. Vischi fue, por lejos, el más serio en cuanto a táctica política y los resultados están a la vista.

Es difícil no mezclar los tantos en el análisis político y este es un caso testigo en ese punto, puesto que hay más de un tópico a analizar a la hora de interpretar el resultado, la cantidad increíble de dinero volcado a fortificar la estructura, el aceitado aparato propagandístico y algunos golpes de gracia, como el saqueo al galpón del adversario, fueron determinantes en el resultado, pero quien crea que a estos puntos se limita el triunfo (o la derrota) no entiende nada de política.

Ni siquiera el peor de los detractores puede negarle a “Peteco” la seriedad con que encaró esta campaña, el método con que movió cada pieza, el cuidado y la atención que puso en cada movida, la inteligencia al servicio del objetivo y la “suerte” de tener una oposición no muy lucida, que en lugar de unir fuerzas se fragmentó facilitándole las cosas.

Arturistas unidos, salud!
Peteco arrancó ganador, siempre lo fue, desde el principio, y todo se tornó más fácil cuando llegó la campaña; “del otro lado” hubo una oposición inmadura que no supo unificar fuerzas y un gobernador que no permitió la unificación opositora propuesta por Vicente Picó (como sí ocurrió en Goya entre el F de T y el PJ).

La campaña mostró las peores miserias, liberales oficialistas enfrentándose con liberales opositores; radicales imberbes abocados a "ganarle" (sin tener pergaminos ni votos para exhibir) una "interna virtual” al senador, en medio de la campaña, que solo sirvió para entorpecer; oligarcas que se negaron a hacer campaña por un candidato a intendente que siempre tuvo que oficiar de “mediador”; en síntesis, un mamarracho como pocos, que atentó contra las ilusiones de Legarreta y desbarató la “pésima idea” de Picó de ensayar una construcción política horizontal y democrática en Paso de los Libres, una construcción en la que los dirigentes crecieran por meritos adquiridos y en la misma medida se hicieran cargo de sus responsabilidades partidarias. Idea esta, que chocó con una tropa mal preparada (en algunos casos por inocencia y en otros por mezquindad) para una pelea electoral que le quedó inmensa.

El Frente de Todos jamás homogeneizó un discurso, Cacho Legarreta nunca tuvo la potestad de erigirse en líder de dos listas que pujaban entre ellas por brillar como “la genuina”, ambas listas intentaron “hacerse” de la candidatura del director del hospital en vez de entregarse a ella y el Fte de Todos terminó pagando caro la necedad de sus candidatos.

Combatiendo al capitál!
Por el lado del PJ hubo mucho coraje de parte de una cantidad importante de dirigentes que empujaron consonantemente el carro a pesar de que algunos otros se les colgaran de los pescantes, haciéndole todo más difícil a quienes buscaban ganar, o al menos, recuperar el espacio perdido tras una década de discordias.

Por primera vez en esa década una veintena de dirigentes se puso de acuerdo y entendió que el tren no era el “Expreso de Oriente”, pero también que el que no se subía ahora no se subía más. Algunos prefirieron seguir discutiendo poder desde afuera y eso le restó algo de fuerza a la propuesta, que sin dudas llenó las expectativas de un grupo de gente que se les animó a las dos estructuras (municipal y provincial) y plantó casi 2800 votos, donde no había nada, como primera basa de cara al 13 de setiembre.

Si Laly logra mantener su liderazgo puede llegar a creerse en un peronismo organizado y en proceso de maduración que aparezca como oposición seria en el concejo y una alternativa válida de aquí a dos años.

¿Y por casa?
Pero atribuir el resultado solamente a las miserias de los derrotados sería ser injusto con la realidad, que, tal cual decía el general, es la única verdad. Como decíamos renglones arriba, Peteco pareció ser el único que se tomó “todas” las cosas en serio, diagramó su campaña minuciosamente, sacó de en medio las figuras propias que podían molestarle y se dedicó a construir en el sentido que más le convenía. El de su propia figura.

Hizo caso omiso a las pocas críticas que asomaron y no se fijó en gastos, construyendo un aparato propagandístico impecable que le permitió “instalar” en el colectivo imaginario un seguro triunfo 15 o 20 días antes de la elección.

No existe apelación posible, la gente le dió su aval con una mayoría abrumadora e historica para que siga gobernando y si esto se dio así no fue por deficiencias populares a la hora de elegir, fue porque las alternativas no colmaron las expectativas del pueblo y el jefe comunal sí... por lo que, a llorar al campito!.

Vischi siempre fue ganando, no hubo una sola encuesta seria que lo diera perdedor en ningún momento de la campaña, pero en vez de relajarse se dedicó a aceitar cada engranaje, a ajustar cada detalle, los lícitos y los ilícitos y esto le permitió convertir el 50% anunciado en un arrasador e inapelable 70%.

Gestionó en el último mes todo lo que no había gestionado en tres años y medio, convenció a los votantes de que había hecho hasta lo que no había hecho, se aseguró de que a su inmediato seguidor no le quedara una sola bolsita para repartir el domingo y no tuvo empacho en organizar un saqueo al galpón donde se encontraban almacenadas las preciadas mercancías.

Pero hay algo que ningún opositor midió, antes de, ni durante la campaña, el intendente fue muy hábil comunicacionalmente, logró que cada vecino se enterara de todo lo que él quiso hacerle saber y a eso le agregó una campaña proselitista impecable en todo sentido; mientras sus opositores se dedicaron a caminar y golpear puertas Vischi ganó tiempo “abonando” a la caja municipal a cuanto comunicador pudo abonar, pagando “lo que fuera” por los medios que él quería, y eso le rindió frutos. El Frente de Todos escuchó radio durante la campaña, mientras… Peteco “hizo” la radio.

Ninguno de cada punto resaltado en esta nota hizo la diferencia en sí mismo, todos ellos, en conjunto, la hicieron; hubo errores ajenos y aciertos propios que fortificaron hasta lo impensable una candidatura que de por sí era ganadora, tendrá el intendente motivo para el regocijo y tendrá la oposición replanteos a hacerse.

Al Frente de Todos y al PJ les quedan 40 días para repensar errores y replantear estrategias con el objeto de encarar una campaña de cara a la elección de gobernador.

Las encuestas dicen (todas ellas fueron hechas antes del domingo), que aquí en Libres el 13 de setiembre ganará Arturo Colombi y que Fabián Ríos saldrá segundo, pero en el medio ocurrió un fenómeno… pasó el “huracán Peteco”, la oposición… ¿seguirá relajada escuchando la radio que “hace” Vischi?.


Lunes, 29 de junio de 2009

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