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Economía
China frenó la compra de aceite de soja argentino
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Viernes, 2 de abril de 2010

El Ministerio de Comercio chino recomendó a los importadores no comprar aceite de soja argentino. La razón formal es que “el aceite argentino no alcanza los requisitos de calidad chinos”, según aseguró el consejo económico de la embajada China, Yang Shidi.

El Ministerio de Comercio chino recomendó a los importadores no comprar aceite de soja argentino. La razón formal es que “el aceite argentino no alcanza los requisitos de calidad chinos”, según aseguró el consejo económico de la embajada China, Yang Shidi. Pero para los exportadores domésticos la medida es una represalia a las trabas impuestas por el Ministerio de Industria a algunos productos asiáticos. Hacia China se destina el 45% de las exportaciones de aceite del país. Estimaciones privadas prevén que este año las compras chinas de ese producto alcanzarán los u$s 2.000 millones. Si se efectiviza el boicot, el Gobierno perdería u$s 623 millones en concepto de retenciones a las exportaciones. La advertencia asiática también reavivó el enfrentamiento entre los sectores pymes beneficiados por la política productiva del Gobierno y los grandes exportadores que se oponen a ésta. Desde la cartera dirigida por Débora Giorgi aducen que no hubo comunicado oficial y que no está en riesgo la relación comercial.

Las autoridades chinas informaron a Cancillería que se encontraron restos de solventes en algunas partidas de aceites crudo exportados por la Argentina. En consecuencia, el gobierno chino exigirá a partir de hoy el cumplimiento de su norma BT 1.535/2003, que establece un límite máximo de 100 partes por millón de residuos de hexano (un solvente que se usa para obtener el aceite del poroto de soja) en los embarques.

El altercado puso en vilo a los exportadores argentinos que desconocen la suerte de los embarques que ya salieron y llegarán a destino en los próximos días. Además puso en tela de juicio las medidas aplicadas por la ministra de Industria, Débora Giorgi, a quien algunos empresarios culpan por las posibles represalias. Fuentes de la cartera productiva afirmaron que el problema será solucionado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y que será tratado en la próxima reunión bilateral.

El consejero económico de la embajada, Yang Shidi, aseguró que la Administración Nacional puso en cuarentena las importaciones argentinas pero afirmó que se debe a cuestiones de control técnico-sanitario.

Según datos de la Aduana de China, en 2009 ingresaron desde la Argentina 1,83 millones de toneladas de aceite crudo de soja y representó el 76% del total importado por ese país. Los otros dos principales proveedores son Brasil y Estados Unidos.

Para el investigador del Conicet y especialista en la relación bilateral con China, Sergio Cesarín, la medida responde al cúmulo de malestar por parte de China y que, pese a la importancia de los envíos argentinos, podrían abastecerse de otros países aunque afrontando mayores costos. Lo que resulta fundamental para los chinos son los porotos de soja argentina, que les permiten mantener en funcionamiento su producción y alimentar a parte de su población. Además Cesarín advirtió sobre el posible costo fiscal que tendría un efectivo boicot al aceite de soja local.

Según los cálculos de la consultora económica Abeceb.com, la pérdida tributaria por las retenciones no cobradas sería de unos u$s 623 millones, ya que estiman que este año las exportaciones a China ascenderán a 2.313.698 toneladas y representarán unos 1.947 millones de dólares.

Un importante ejecutivo del sector aceitero confió que se trata de una venganza, pero duda de la aplicación futura de las trabas chinas. “No sé si es en serio para sentarse a negociar”, afirmó el empresario.

Con el objetivo férreo de desarrollar la industria nacional, Giorgi se encargó de ponerles límites a las importaciones. En el caso de China, en la última semana y media la ministra anunció dos medidas antidumping contra productos de origen oriental: la primera fue para el calzado (excepto el ortopédico y el destinado a la práctica de ski y snowboard) y elevó el valor FOB mínimo a u$s 13,38 por par; la segunda tuvo que ver con la compra de encendedores, para los que impuso un precio mínimo de importación de 3,65 dólares.

La política de defensa industrial del Gobierno genera amores y odios. Los empresarios pymes apoyan incondicionalmente el accionar de Giorgi, que los protege de la competencia internacional. Pero las grandes empresas, que se benefician del comercio exterior, se oponen por las posibles represalias que podría generar el accionar de la ministra en los socios estratégicos.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires afirmó en un comunicado que “cualquier restricción comercial pondría en peligro la producción de aceite de soja, lo que impactaría tanto a nivel privado como público”. En otro aspecto, la cámara de aceiteros (CIARA) recordó que en 2005 la Argentina cuestionó a China la normativa que se pretendería llevar a cabo ahora y, en el marco de los acuerdos firmados entonces, el gobierno asiático se habría comprometido a no aplicarla.

PYMES EN DEFENSA DE DEBORA. Cámaras de la pequeña y mediana empresa salieron en defensa de las políticas de restricción a las importaciones. Lo hicieron aquellos sectores que se vieron más beneficiados por las restricciones a las importaciones chinas: calzado, textiles y firmas de electrodomésticos, afines a las políticas oficiales. Horacio Moschetto, secretario general de la Cámara de la Industria del Calzado, aseguró que “las medidas de monitoreo de las importaciones son esenciales en este rompecabezas y son uno de los pilares del fortalecimiento del sector, que entre 2001 y 2009 creció un 160 por ciento en términos de producción”. El empresario detalló que “las estadísticas muestran que las importaciones de calzado terminado en 2009 disminuyeron un 26 por ciento respecto a 2008”.

La Fundación Pro Tejer, indica que la importación de productos textiles, tanto hilados, tejidos y productos terminados, cayó un 33 por ciento en el primer bimestre de este año en comparación con el mismo período de 2009 al pasar de 838 millones a 559 millones de dólares.

MAL DÍA PARA LA COTIZACIÓN. El precio de los cereales se deprimió en el mercado de Chicago. La soja perdió un 4% y cotizó a 345,77 dólares la tonelada, el maíz perdió 2,7% y cayó a u$s 135,82 mientras que el trigo cedió 4,6% a 165,53 dólares por tonelada. Se rompió así una tendencia al alza de varios días, en parte, por el temor a que la huelga en el puerto de Rosario afecte la oferta. La mala jornada de ayer fue provocada por el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) que anunció sus estimaciones de stock de cereales y resultaron mayores de lo esperado por el mercado. El USDA calculó que al 1 de marzo los inventarios de soja norteamericana eran de 34,6 millones de toneladas, 1,8 toneladas por encima de la estimación anterior. Para el maíz también hubo optimismo y las previsiones de stock aumentaron en 5 toneladas, a 195,4 toneladas en el territorio norteamericano. Las previsiones de mayor oferta deprimieron las cotizaciones aunque los analistas estiman que la caída es coyuntural. En el mercado local, el precio de la soja resistió la baja internacional y se mantuvo en $610.
Fuente: Crítica


Viernes, 2 de abril de 2010

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